Joseba VIVANCO
ALAVÉS

Líderes y el ascenso en la mano

Los alaveses pueden ratificar su objetivo si ganan en Lasesarre el jueves y Osasuna hace lo propio en su visita al Nástic, tercero.

ALAVÉS 2

PONFE 0


Final del partido y Mendizorrotza lo vivía como si fuera un ascenso. Tal cual. «¡Muchachos, traigan vino, que juega el Alavés...!». Jugadores sobre el césped fundidos en un abrazo, la grada albiazul ondeando sus enseñas, futbolistas devolviendo los aplausos en una especie de ensayo de vuelta de honor. El jueves, en Lasesarre, será la primera oportunidad real en la que los babazorros puedan ser nuevo equipo de Primera si todo se le vuelve a dar de cara como esta jornada, y que el Nástic pierda en su feudo ante Osasuna y el ‘Glorioso’ haga sus deberes ante el filial del vecino rojiblanco. Paso de gigante el que los de Bordalás dieron ayer cara al ansiado ascenso directo, ese que ya tienen la mano y que palpita en cada corazón alavesista.

Estaba el Alavés ante el partido «más difícil» de la temporada, enfatizaba el técnico local en la previa, y al final resultó ser uno de los más placenteros al menos en cuanto a un marcador que pudo acabar en goleada, pero todo ello sustentando en una entrega y una generosidad enorme de cada jugador que salió al verde, sin la cual un equipo no saca adelante estos encuentros ni cercena el juego de su rival. Justo cuando un grupo que aspira a algo importante se la juega, es cuando debe aparecer el carácter, hacer gala de su oficio, la garra y el saber hacer. Y esas cualidades las puso en liza el Alavés de principio a fin del choque, salvo unos primeros indecisos minutos en que concedió un par de sustos ante una necesitada ‘Ponfe’. Observar cómo los hombres de Bordalás se batían el cobre por cada balón en el descuento era el mejor epílogo de cómo habían afrontado un duelo que les podía poner pie y medio en Primera y así fue. «Hoy tampoco ha sido fácil, hemos trabajado hasta el minuto final», dejaba claro Carpio, apuntando a la ambición por encima del dolor de piernas.

Esa ha venido siendo la clave de la temporada, la clave de la victoria de ayer. Sobreponerse a todo e ir a por el premio. Un objetivo en el que se interponía la Ponferradina y ante la cual el entorno albiazul esperaba un partido duro, apretado, lo pareció después de que los bercianos tuvieran dos ocasiones en los primeros cinco minutos, pero todo cambió poco después cuando en un saque de falta de Dani Pacheco el central Laguardia hacía de cabeza su primer gol de esta temporada. A balón parado, esa iba a ser la suerte de un Alavés que a la media hora hacía el segundo, esta vez desde los once metros, el capitán Manu García, aprovechando un penalti por agarrón a Toquero cuando el de Ariznabarra atacaba el área esperando un centro lateral. El linier se lo ‘chivó’ al colegiado y un choque que hasta entonces parecía equilibrado en el campo, se decantaba de manera definitiva.

Una primera mitad en la que los visitantes tuvieron mucha mayor posesión de balón, jugando en largo para crear incertidumbre en la zaga alavesa por medio del agotador escocés Hume, una especie de Gravesen en modo delantero centro peleón. No obstante, el Alavés se mantuvo serio, el recuperado Juli dispuso hasta de dos ocasiones claras para ampliar el marcador, pero no era el día del alicantino, que como sus compañeros se fajó hasta la última gota de sudor.

Marcador que se quedó corto

El propio Juli la volvió a tener en la reanudación pero su remate tropezó en un defensor, premonitorio de las numerosas llegadas con las que los babazorros iban a inclinar el partido a su favor. Un centro envenenado de un fajador Toquero, un cara a cara que malogró un enchufado Kiko Femenía, un disparo escorado del inquieto Juli que sacó el navarro Santamaría, un centro medido de Femenía al que no llegó Toquero... Ocasiones para haber tranquilizado al equipo y la parroquia local, que no se materializaron pero de las que tampoco dispuso en ningún momento la Ponferradina, que no llegó apenas a las inmediaciones de Fernando Pacheco, sobre todo porque el Alavés no le dejó ni medio metro de oxígeno. Una delicia observar el trabajo de Manu y Bernardello en la medular, el daño que hicieron las bandas, qué bien se entendieron arriba Juli y Toquero.

Esos fueron los cimientos de un partido «tranquilo», reconocía Bordalás, que no se vivía incluso al descanso, 2-0, desde la visita del Bilbao Athletic, precisamente el rival del jueves y al que el Alavés necesitará ganar para quién sabe si celebrar su ascenso. Cuatro puntos de ventaja sobre el Nástic, tercero, el ‘Glorioso’ quiere certificarlo antes de visitar a los catalanes la última jornada. Lasesarre, Mendizorrotza ante el Numancia, equipo y afición lo tienen en la mano. ¡Que viva el vino!

Bordalás: «Por momentos se me ponían los pelos de punta»

Pepe Bordalás no quería vender la piel antes de cazar al oso. Pies en el suelo. «Queda muchísimo todavía, nueve puntos, el jueves otro partido y esto no es fácil. Nadie pensaba que el Leganés perdiera y el Nástic ganara al Zaragoza. Hay que seguir con humildad, no hay otra». Incluso sobre la posibilidad de lograr el ascenso el jueves, replicó que «hay que respetar al Bilbao Athletic, que lo pondrá difícil, hay gran rivalidad y no nos van a regalar nada».

El técnico albiazul reconoció sobre el partido ante la ‘Ponfe’ que «a partir del 2-0 hemos sido dominadores, una pena porque ha habido ocasiones claras para haber matado el partido y haber estado más tranquilos. Pero es verdad que ha sido un partido tranquilo porque hemos tenido el acierto pronto, que no suele ser así». Bordalás alabó también el comportamiento de la afición, «mi enhorabuena, un ambientazo» para confesar que «más no se puede pedir. Soy feliz, en estos momentos veis el equipo cómo trabaja, es una piña, está muy metido y hay mucha complicidad con la afición. Por momentos se me ponían los pelos de punta. Estamos muy felices. La mente mueve montañas, si mentalmente estamos preparados y lo estamos, las cosas salen bien. Mentalmente estamos fuertes y preparados», dijo.J.V.

los héroes de dortmund, aclamados.

No estaban todos los que eran, pero en su nombre se llevaron el cariño y recuerdo de Mendizorrotza los que estuvieron. Antes del partido, los ‘héroes de Dortmund’ saltaron a césped para ser homenajeados por aquella final europea de hace 15 años.Juanan RUIZ | ARGAZKI PRESS