Desde París, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, dijo ayer que confía en que el Eurogrupo estará en disposición, el próximo jueves, de aprobar el desembolso de 10.300 millones de euros para Grecia, que se entregarán en varios tramos, a la vista de los esfuerzos de reforma realizados por el Gobierno que preside Alexis Tsipras, el líder de Syriza.

Las expresiones que utilizó Moscovici durante su comparecencia ante una comisión de la Asamblea Nacional francesa fueron inhabitualmente contundentes: «Grecia ha puesto en marcha medidas de una amplitud insospechada», «ya está en disposición de dar un giro hacia el crecimiento y la inversión», «hemos pasado una página importante en la historia de los programas griegos», «la máquina se ha puesto en marcha y hemos evitado el Grexit».

Entre los «esfuerzos» a los que hacía referencia Moscovici está el de la «privatización» del antiguo aeropuerto Hellenikon, en Atenas, la «penúltima» condición establecida para el desbloqueo del comentado rescate financiero. Esta operación, que fue suspendida en febrero de 2015 tras la llegada al poder de Syriza, supone unos ingresos de 915 millones de euros, contempla una concesión de este espacio por 99 años para la construcción de un vasto complejo turístico en esta estación balneario de las afueras de la capital.

La portavoz del Gobierno heleno, Olga Yerovasili, matizó que la firma del contrato entre el fondo de privatizaciones griego (Taiped) y Lamda Development, un consorcio internacional, no implica el final de las negociaciones, ya que el Ejecutivo pretende que Lamda se comprometa, entre otras cosas, a acometer más inversiones en beneficio del público, como espacios verdes en esas 1,8 hectáreas.

Sobre el último de los flecos de la negociación con Bruselas que quedan por cerrar, la transferencia a Taiped de la mitad de las acciones que posee el Gobierno en la antigua empresa pública de telecomunicaciones OTE, cuyo socio mayoritario es la firma alemana Deutsche Telekom, Yerovasili señaló que el tema se ha pospuesto.

Ola de huelgas

Mientras tanto, Grecia afrontó ayer una nueva ola de huelgas contra las medidas que el Gobierno viene aplicando para cumplir con los acreedores internacionales, con especial incidencia en sanidad y transportes públicos. Con motivo de un paro de 24 horas, los hospitales públicos y centros de salud solo ofrecían servicios mínimos.

Los trabajadores de la sanidad exigen una financiación adecuada del sistema sanitario, la contratación de personal permanente, dignidad científica y profesional para los jóvenes médicos y una sanidad pública gratuita, como resumió Efe. Además, protestan contra el recorte de hasta un 50% en sus pensiones complementarias.

El transporte público de Atenas, por su parte, se vio afectado por un paro de cuatro horas –a partir del mediodía, hora local– que afectó a las líneas de metro, tranvía y a los trenes de cercanías. En este caso, las protestas se dirigen contra los planes de incluir el transporte público en el fondo de privatizaciones. Lo mismo hacían los estibadores del puerto del Pireo.

Por otro lado, la federación de profesores está en huelga en protesta contra la escasez de personal docente.