La Plataforma por los derechos de Jesús Martín denunció ayer que las autoridades españolas «juegan con los tiempos» para impedir que el preso vasco, gravemente enfermo, pueda acogerse al articulo 100.2 del Reglamento Penitenciario, que permite combinar los diferentes grados «con el fin de hacer el sistema más flexible». «Hemos intentando poner en marcha el procedimiento, pero hay una cerrazón institucional, y vemos que se hace con una intencionalidad», censuró Kepa Apellaniz ante los asistentes a la Comisión de Derechos Humanos, Igualdad y Participación Ciudadana del Parlamento de Gasteiz, donde advirtió de que el represaliado se encuentra en «una situación de indefensión jurídica absoluta».

Apellaniz, amigo de Martín, estuvo acompañado del médico Jose Mari Basterretxea y de Kontxi González, que explicó los problemas a los que se enfrenta su pareja. «Tiene paranoias y se desorienta dentro de la cárcel. No puede escribir, no tienen capacidad de concentración para leer y no puede explicar a los médicos lo que le pasa», detalló tras recordar que los problemas síquicos de Txus Martín comenzaron hace seis años, cuando trató de suicidarse. Ahora se encuentra en el módulo de respeto de Zaballa, vigilado por un preso de confianza. Pero su estado de salud no ha mejorado.

En este sentido, González recordó que el año pasado Martín padeció una hemiplejia, y criticó las trabas impuestas por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias al médico de confianza, que no puede visitar al preso vasco. «No le dejan que vaya a verlo y él no confía en otros médicos», añadió antes de alertar de que, en algunas ocasiones, Martín no ha recibido su tratamiento. «Cuando se realizó el traslado de la cárcel de Nanclares a la de Zaballa solo le dieron valium», afirmó.

Basterretxea también insistió en que la asistencia que recibe Martín en prisión no es la adecuada. «El apoyo de los sicólogos es una parte del tratamiento, tan importante como la medicación, pero no hacen más que poner trabas al trabajo de la sicóloga», destacó el médico, quien denunció la mala praxis de las instituciones españolas y alertó de que la sicosis puede ser «irreparable». Una opinión compartida por Apellaniz y González, que hicieron hincapié en reclamar la excarcelación del represaliado.

«Solidaridad»

Tras escuchar su intervención, Amaia Arregi (PNV) y Julen Arzuaga (EH Bildu) preguntaron a los allegados de Martín si querrían trasladar alguna petición concreta a la comisión. Apellaniz se limitó a solicitar la solidaridad del Parlamento autonómico para lograr que el preso vuelva a casa vivo.