Por sólo unos 31.000 votos, el candidato verde Alexander Van der Bellen ganó la segunda vuelta de las presidenciales hace seis semanas. Primeramente su rival, Norbert Hofer, del Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), reconoció su derrota, pero algunos días más tarde el presidente de su partido, Heinz-Christian Strache, impugnó el resultado ante la Corte Constitucional.

El máximo tribunal escuchó públicamente a los testigos e incluso celebró más vistas que las proyectadas. Al final decidió anular el resultado de la segunda vuelta por dos razones. Por un lado, descubrió que hubo una serie de infracciones a la hora de contar los votos por correo, vulnerando la Ley Electoral. Por ejemplo, el recuento de estos votos empezaba ya durante el proceso electoral y no después, tal y como lo exige la ley. Además, en ello intervinieron personas no habilitadas para ello. Por otro, los máximos jueces detectaron que el Ministerio de Interior ya había facilitado ciertos resultados antes del cierre de los colegios electorales. «Que eso haya sido una práctica habitual, no cambia nada» el hecho de que sea una vulneración de la ley vigente, constata la Corte Constitucional en su nota de prensa. Aunque a lo largo de este proceso no se han detectado indicios de manipulación alguna, su sentencia es un tanto insólita porque hasta ahora sólo en 1970 y 1995, y exclusivamente en determinadas regiones, el Tribunal Constitucional había anulado parcialmente el resultado de una elección al Parlamento. En ambos casos el FPÖ impugnó los comicios y obtuvo un escaño que había sido asignado al Partido Popular de Austria (ÖVP).

Este escenario podría repetirse cuando entre setiembre y octubre se celebren las nuevas elecciones. Según un reciente sondeo, Van der Bellen y Hofer están al 50%. Aunque las infracciones las cometieron también miembros del FPÖ, el daño político es mayor para los defensores del actual sistema de Austria y de la UE ante la Nueva Derecha euroescéptica. Además, Hofer ya puede estrenarse como presidente en funciones, por lo menos temporalmente, porque junto con los otros dos presidentes del Parlamento le corresponde ese papel en esta situación. El juramento de Van der Bellen, previsto para el día 8, queda suspendido. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa enviará observadores electorales.

Van der Bellen: «¿Por qué no voy a ganar en esta nueva vuelta?»

«El 22 de mayo es historia», reconoció el verde Van der Bellen tras conocer la decisión de los jueces, y se mostró confiado en que podrá ganar también esta «tercera vuelta». «Si pude ganar contra todo pronóstico en mayo, ¿por qué no voy a ganar en esta nueva vuelta?», se preguntó.

El futuro de Austria en la Unión Europea podría convertirse en uno de los temas centrales en la campaña que está por venir, mientras que el FPÖ, una de las formaciones de extrema derecha del continente con mayor implantación electoral, se ha aliado con el Frente Nacional francés en el seno del Parlamento de Estrasburgo. En un contexto político agitado por el resultado del referéndum británico sobre la permanencia en la UE, el FPÖ milita, al igual que el FN, por una Europa «a la carta». Y aunque jamás ha pedido una consulta al estilo británico, recientemente ha endurecido su postura, exigiendo reformas en el funcionamiento de la Unión.

En una primera reacción, el canciller federal, el socialdemócrata Christian Kern, destacó ante la prensa que «no debe haber dudas sobre la legitimidad de unas elecciones». Subrayó que la invalidación anunciada ayer se debió «a un error formal y no a manipulaciones».

El propio Heinz-Christian Strache, en cuyo nombre se presentó la impugnación, destacó que «el ganador es la democracia y el Estado de Derecho».GARA