Ramón SOLA
IRUÑEA
iruñeko sanferminak

Encierro raro, raro, raro: un Cuentacuentos marcha atrás y un japonés por los aires

Tres encierros y solo uno «normal». Ya se intuía que el arranque de 2016 iba a ser complicado entre el estrés del inicio y la masificación del fin de semana, pero tanto… Por segundo día consecutivo astados en dirección contraria, y para más flipe, desde la primera rampa de Santo Domingo. Fue extrañísima la salida de la manada. Primero un cabestro que se queda petrificado y obliga a detenerse a sus compañeros, después un toro que amaga con volverse a la derecha nada más salir, luego los juramentos claramente audibles del pastor al que no le gustaba un pelo todo aquello, y al final un astado llamado Cuentacuentos (605 kilos) que había echado a correr por la izquierda pero decide retroceder.

La situación era de auténtica crisis, aunque luego todo discurrió mejor de lo que se podía prever. Por un lado, los cinco de cabeza fueron a buen ritmo y en tropel hasta la Plaza. Por otro, Cuentacuentos pasó casi dos minutos merodeando abajo y al final tiró para arriba con los cabestros. Si en el primer intento se había mostrado muy desconcertado, a la segunda hizo una carrera genial, como si correr sin sus compañeros de manada le estimulara. Recto, centrado y veloz de principio a fin.

Antes, eso sí, casi al llegar al Ayuntamiento pegó una embestida al vallado de la derecha en la que enganchó a un japonés de 33 años, primero en el brazo y luego en el tórax. Lo echó al centro de la calle y existía riesgo de que se encelara ahí con él, pero finalmente decidió dejarlo en paz y seguir camino. En Estafeta fue cogido levemente un mozo de 24 años de Zizur, en el brazo derecho. E incluso hubo otro japonés de 36 años que sufrió un pequeño varetazo en la pierna, casi computable como cornada.

¿Y qué pasó por delante en este encierro tan peculiar? Pues mejor no extenderse mucho, porque desde Estafeta a la Plaza se reprodujeron los despropósitos: corredores agarrando al toro de los cuernos o posando la mano en la testuz, una especie de montón en la parte izquierda de la llegada al callejón, dos toros barriendo un cuarto de ruedo con las barreras atestadas de curiosos... El peaje de cada fin de semana sanferminero.

La procedencia de los atendidos en hospitales deja claro que ayer en Iruñea había un mundo, como ocurrirá hoy: a los dos japoneses se sumaron tres locales (vecinos de Sarriguren, Antsoain y Viana), un francés, un italiano, un boliviano, dos catalanes... Todos con golpes en cabeza, abdomen, brazos y piernas, pero sin mayor gravedad.