Itziar ZIGA
Activista feminista

No más Nagores

Lo terrible de la violencia machista es que ha sido históricamente validada por el sistema patriarcal en el que vivimos, por la sociedad a fin de cuentas, por tu propio entorno. Hemos comprobado demasiadas veces cómo las agresiones sexuales a las que las mujeres estamos expuestas, a veces temes que destinadas, por parte de machos que disfrutarán dañándote, quedaban impunes. Se nos ha cuestionado como víctimas y se nos sigue cuestionando. Hace poco una jueza en Gasteiz le preguntó a una mujer denunciante si había cerrado bien las piernas. La excusa para prorrogar el derecho tradicional de los hombres a asaltar el cuerpo de las mujeres siempre será el consentimiento de la víctima. En México, país que nos enseñó el término feminicidio por el brutal nivel de violencia machista que sufren, me explicaron que incluso se estaba absolviendo a violadores si afirmaban que ella lubricó. Pero esta vez y en Iruñea, no ha valido.

Ella, con sólo diecinueve años y en una ciudad extraña a la que llegó con maravillosas ganas de divertirse, se ha enfrentado a sus cinco agresores con una entereza que nos enaltece a todas las mujeres. Unos dispositivos de seguridad coordinados a lo CSI por el Ayuntamiento de una ciudad txikita que se ha propuesto concienzudamente combatir las agresiones machistas en una de las fiestas más inmensas del mundo, permitieron que los cinco violadores fueran localizados y puestos a disposición de la justicia en pocas horas. ¡Qué cobardes son los machos, agreden a las mujeres cuando valoran que no tendrán que responder por sus actos a la vez que se creen legitimados para dañarnos!

No canto victoria, pero celebro que las feministas nos hayamos empeñado durante décadas en denunciar y desentrañar la violencia machista, porque si no esta valiente madrileña de diecinueve años hoy estaría mil veces más jodida. Nadie le habría creído, sobre todo si denunciaba. Esa multitud contra el patriarcado que rebosó la plaza del Ayuntamiento al día siguiente y más numérica que en el txupinazo, con Uxue Barkos, Joseba Asiron y la aguerrida madre de Nagore Laffage al frente, nos enaltece a todas las mujeres. Y advierte a los machos.