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Atribuyen a un «ataque de locura» el tiroteo del viernes en Munich

El autor del tiroteo de Munich, un joven alemán-iraní de 18 años, actuó inspirado en el doble ataque que perpetró el noruego Anders Behring Breivik, del cual justamente el viernes se cumplían cinco años. Esa es la conclusión a la que ha llegado hasta el momento la Policía alemana, que descartó cualquier vinculación yihadista.

La Policía alemana atribuyó a un «ataque de locura» el tiroteo que el viernes causó diez muertos –incluido el autor de los disparos– en un centro comercial de Munich y sembró el pánico en la ciudad. «Partimos del principio de que se trata de un acto clásico de un desequilibrado sin ningún tipo de motivación política. No hay otras razones detrás de ese acto», afirmó en rueda prensa un representante de la Fiscalía. El autor, un estudiante de 18 años con doble nacionalidad alemana e iraní, sufría, según las primeras investigaciones, transtornos depresivos y estaba obsesionado por la violencia. En su habitación hallaron abundante material sobre matanzas sin trasfondo político.

El ministro de Interior, Thomas de Maizière, confirmó que encontraron documentos sobre el ultraderechista noruego Anders Behring Breivik, que mató a 77 personas en la isla de Utøya durante una concentración de jóvenes socialistas, y sobre Tim Kretschmer, de 17 años, que en 2009 mató a 15 personas en su antiguo colegio en Winnenden (sudoeste de Alemania) y que, tras una huida de 40 kilómetros, se suicidó. Justo el viernes se cumplían cinco años de la matanza de Utøya.

En su habitación también encontraron el libro “Amok, por qué matan los estudiantes”. El síndrome Amok, descrito por el siquiatra estadounidense Joseph Westermeyer en 1972, consiste en «una súbita y espontánea explosión de rabia salvaje, que hace que la persona afectada corra alocadamente, armada, y ataque, hiera o mate indiscriminadamente a los seres vivos que aparezcan a su paso, hasta que el sujeto sea inmovilizado o se suicide». La Real Academia de la Lengua Española define el término «amok», de origen malayo, como «ataque de locura homicida».

El autor del tiroteo del viernes, Ali David Sonboly, hijo de refugiados, era, según fuentes de la investigación citadas por medios locales, aficionado a los videojuegos violentos, tenía problemas escolares y glorificaba a Kretschmer. El viernes por la tarde abrió fuego contra transeúntes en las inmediaciones de un centro comercial. Se dio a la fuga tras ser herido. Posteriormente, la Policía informó de que se había suicidado con su pistola, una nueve milímetros con la numeración borrada. En su mochila tenía aún cargadores con unas 300 balas.

La Policía investiga si pirateó una cuenta de Facebook de una tercera persona para invitar a tomar algo a conocidos en el McDonalds donde comenzó su ataque. En un vídeo de un aficionado difundido por las redes sociales el mismo viernes por la noche y autentificado por la Policía, se ve a un hombre insultando al autor del ataque, vestido de negro, sobre el techo del centro comercial y con una pistola en la mano.

En respuesta a estos insultos, el asaltante replica: «Soy alemán, nací aquí. En un barrio del Hartz IV», nombre del subsidio por desempleo de larga duración, antes de lanzar: «Estaba en tratamiento hospitalario. Por vosotros he sufrido mobbing durante siete años; tuve que comprarme un arma y mataros a todos». No obstante, el fiscal de Múnich, Thomas Steinkraus-Koch, quien confirmó que padecía «una forma de depresión», pidió prudencia sobre las informaciones de algunos medios que indicaban que el joven había estado sometido a un tratamiento siquiátrico. Con todos estos indicios, el jefe de la Policía, Hubertus Andrä, aseguró que «no hay absolutamente ningún vínculo» con el ISIS.

Merkel: «Una tarde y una noche de terror»

En una comparecencia institucional tras presidir en Berlín el gabinete de seguridad, la canciller, Angela Merkel, se mostró comprensiva con «la sensación de vulnerabilidad» que generan ataques de este tipo, cometidos en lugares «en los que cualquiera de nosotros podía haber estado». «Fue una tarde y una noche de terror», afirmó. Prometió una investigación a fondo de los motivos que llevaron al joven a matar.

El ministro de Interior alemán, Thomas de Maizière, acudió ayer al lugar de los hechos para depositar una corona de flores. Preguntado por los periodistas sobre si se sentía aliviado por el hecho de que el ataque del viernes no tuviera connotaciones yihadistas, dijo que a unos padres que lloran la muerte de un hijo «le da igual cuál haya sido la motivación del crimen».

«Sin embargo, entiendo su pregunta, con las cosas que han pasado las últimas semanas estamos todos con los nervios de punta. Pero en esta situación no es posible hablar de alivio», señaló.GARA