GARA
BEIRUT

Régimen y rebeldes se refuerzan ante la madre de todas las batallas en Alepo

Rebeldes y régimen han reforzado con hombre y armas sus posiciones en Alepo alrededores, con vistas a una batalla que se antoja crucial no solo por el control de la segunda ciudad de Siria sino para el eventual desenlace de la guerra que asola el país desde hace cinco años.

Un alto cargo militar de Damasco confirmó la llegada de refuerzos a Alepo, que el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) computó en «2.000 combatientes lealistas, entre ellos sirios, iraníes, iraquíes y libaneses de Hizbulah, llegados a Alepo desde el centro del país a través de la carretera de Castello», paradójicamente la que hasta el 27 de julio estaba en manos de los rebeldes y era la única vía de comunicación del este de Alepo (300.000 habitantes) con el mundo.

El régimen utilizó la misma vía para hacer llegar decenas de camiones con agua, alimentos y carburantes para los 1,2 millones de habitantes de los barrios del oeste, sitiados precisamente tras la contraofensiva rebelde que logró el fin de semana pasado romper el cerco.

Paralelamente, las aviaciones siria y rusa bombardearon ayer con saña tanto el barrio de Ramousah, por donde los rebeldes rompieron el cerco, como otros distritos rebeldes.

Estos bombardeos insistentes dan la medida precisamente del éxito del contraataque rebelde, que puso en desbandada a los milicianos chiíes y de Hizbulah que controlaban los accesos de la academia militar del Ejército sirio. Mucho tuvo que ver en ello la determinación temeraria –y suicida– de milicianos del Ejército de la Conquista del Levante (Fatah al-Sham, hasta ahora Frente al-Nosra o Al Qaeda-Siria), con sus camiones cargados de explosivos y sus conductores kamikazes llegados de la provincia rebelde de Idleb, en el noroeste de Siria.

El OSDH señaló que, precisamente, los rebeldes han recibido refuerzos de milicianos sirios y de uigures (del Turkestán Oriental, ocupado por China) llegados de Idleb y de las poblaciones rurales de la provincia de Alepo.

El Ejército de la Conquista (Jaish al-Fatah), que agrupa a los grupos rebeldes islamistas, salafistas y del reconvertido Frente al-Nosra, anunció que doblará su número de combatientes y que no cejará «hasta que ondeen nuestra bandera en la ciudadela de Alepo».

Expertos como el francés Thomas Pierret matizan sobre el alcance de la anunciada batalla pero reconocen que marcará la trayectoria del conflicto. «Si ganan los rebeldes el régimen se replegará en el Golán, Damasco, Homs y la costa. Si ganan los lealistas los rebeldes se replegarán en Idleb, lo que reforzará el bastión de los salafistas de Ahrar al-Sham y de los yihadistas de Fatah al-Sham (ex Al Qaeda).

Últimos coletazos en Minbej

No lejos de Alepo, los milicianos kurdos y árabes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) deambulaban triunfantes en una Minbej en ruinas antes de lanzarse contra el reducto del ISIS en el centro de esta ciudad estratégica por cuanto supone el nudo de comunicación de la capital siria del califato, Rafah, con la porosa frontera turca.

Las FDS cifraron en 130 los yihadistas que resistían en una o dos manzanas, a 75 metros de sus posiciones, con minas, francotiradores y ansia de martirio.