Raimundo Fitero
DE REOJO

Credibilidad

Dice Albert por España que no le importa perder credibilidad si es por el bien de España. No le debe importar nada, porque no tiene ya nada de eso que se llama credibilidad. Se ha convertido en nueve meses en la imagen del oportunismo político de la más rancia estirpe de politicastros del tres al cuarto que todo lo hacen por su único y exclusivo bien, por su protagonismo, por la pasta y el poder y por reforzar a la mierda existente. Es el perpetuador, desde que apareció, de la corrupción de los de la banda de Rajoy, su socio estratégico más obvio. Consiguió hacer ver que quería hacer algo con el pobre tonto de Sánchez  pero bloqueando cualquier posibilidad de ampliar el acuerdo para hacerlo imposible y llegar a este momento estelar en donde Albert por España encontrará el sillón que busca desde siempre, su sueldo vitalicio.

Ahora viene el siguiente capítulo de este culebrón casposo de la política española. La prensa ultra está presionando de manera ridícula a Sánchez, que solamente por rechazo a esas argumentaciones tan imbéciles se ve obligado a decir que no. Y repetir después, otra vez con la voz más alta, no. Y si dice no, ¿quién dirá sí o simplemente se abstendrá? Se admiten apuestas. El argumentarlo es preciso: no vamos a amnistiar la corrupción del PP. Bien dicho. ¿Cómo lo vas a conseguir campeón? ¿Desde el no recalcitrante y esquinado o planteando alternativas reales fuera del campo de la mediocridad imperante en el PSOE?

No hay solución. La credibilidad está muy desgastada en todos los frentes. Los de Podemos andan coleccionando frasecillas para pintar en los lavabos de los bares de Lavapiés, pero nada que modifique nada. Son la inoperancia total. Se han convertido en anecdóticos. Usan un discurso de pupitre, nada que altere la realidad. Otra decepción muy frustrante.