Koldo LANDALUZE
CRÍTICA «Cuerpo de élite»

Mucha policía, poca diversión...

Supongo que la complejidad del ser humano también se rige por los extraños designios que nos invitan a reír o llorar. Misterios insondables que, como en el caso de “Cuerpo de élite”, adquiere una dimensión lindante a lo paranormal, aunque –y llegado a este punto tan determinante– tal vez sea yo el extraño que no ha sabido captar la sutileza primitiva del repertorio de chistes y situaciones que se suceden a lo largo y ancho de esta comedia que se apunta descaradamente a la fórmula “costumbrista” que tanto dinero ha generado en los últimos tiempos dentro de una cinematografía rácana en apuestas de riesgo y que, para hacer músculo económico, debe recurrir en excesivas ocasiones a películas de Santiago Segura o a todos los apellidos del mundo mundial. Intentar descifrar el código que mueve los resortes más ocultos de “Cuérpo de élite” se me antoja una misión imposible. Tal vez, lo más próximo sea aquella franquicia de chistes que dicen «van un vasco, un catalán y un andaluz...». En este refrito de tópicos uniformado en el que tan solo falta el gendarme de Saint-Tropez, todo transcurre a la manera de un circo enloquecedor en el que los gags se pretenden condimentar con escenas de acción que parecen extraídas de los descartes de la serie “El equipo A”. Todo ello da como resultado una excusa prolongada hasta la extenuación en el que el fantasma atómico de Palomares se asoma por el horizonte esbozando la más macabra de sus sonrisas. Supongo que los responsables de Atresmedia estarán meridianamente contentos con esta réplica a su eterna rival Mediaset porque, mientras en otros lares esta competencia se traduce en productos de calidad y riesgo, en el paisaje del Estado español todo se resume en sacar el mayor rédito posible a la mediocridad y a la apuesta (casi)segura.