Mikel INSAUSTI
LA ESPERA

Un discípulo de Sorrentino a medio hacer

El début de Piero Messina, ayudante de dirección de Paolo Sorrentino, tuvo lugar con todo lujo en la Mostra de Venecia. Está bien que no intente imitar a su maestro, y que haya aprendido de él un insobornable sentido del riesgo, pero todavía le falta recorrido para consagrarse como autor cinematográfico. Quiere ser personal, desmarcarse, aunque a costa de una serie de referencias literarias que no ha terminado de asimilar. En concrerto un cuento y una tragedia de Luigi Pirandello, con los respectivos títulos de “La vita che ti diedi” y “La camera in attesa”. Al final queda la sensación de que ha desperdiciado el enorme privilegio que supone contar con una actriz de la categoría de Juliette Binoche para su ópera prima.

“L’Attesa” visualmente es una obra muy atractiva, que cuenta con unas localizaciones llenas de fuerza, ya que transcurre por entero en una aislada casa siciliana a los pies del Etna. Lás unicas evasiones que se permite son las imágenes de un lago cercano, y como apertura y cierre el trasfondo religioso de las procesiones de Semana Santa con miles de velas y antorchas en medio de la oscuridad. Es justo en este punto donde se le va la película de las manos, al introducir el elemento de la redención, el cual convierte a la protagonista en una extensión de la Virgen y a su hijo muerto de Jescucristo.

Dicho recurso simbolista rompe con el dramatismo interiorista que define el resto del metraje, en un cara a cara entre la madre del ausente y su joven novia. La madre esconde el verdadero motivo de su luto a la chica, haciéndole creer que se trata de su hermano. De este modo desea compensar la pérdida manteniendo vivo el recuerdo del fallecido a través de su enamorada, la cual le ha sobrevivido sin saberlo. Habla con ella, como si su hijo siguiera en este mundo, para adentrarse en las emociones que les unieron en teoría para siempre.