Nagore BELASTEGI
DONOSTIA

Hawke, devoto de «la religión del cine», recibe el Premio Donostia

Ethan Hawke pasó mucho más tiempo saludando a los fans en la alfombra roja que sobre el escenario al recoger su premio. De hecho, su discurso fue breve, pero eso no le impidió dotarlo con un gran simbolismo al referirse a su profesión, el cine, como «la religión» que él escogió. Tras la gala se proyectó el film de Antoine Fuqua, «The magnificent seven», un remake del western de 1960 en el que la cuestión racial no pasa inadvertida.

«Ha asumido retos como actor, novelista, director y productor tanto en el cine como en el teatro», comenzó Edurne Ormazabal, la presentadora de la gala de entrega del Premio Donostia ayer. Ethan Hawke recibió el galardón plateado de la mano del director de Zinemaldia, Jose Luis Rebordinos.

«El cine es la religión que escogí», comentó el intérprete estadounidense durante su breve discurso, en el que reivindicó la cultura y el cine y aseguró estar «orgulloso de ser parte de ese linaje» de estrellas que han recibido el premio hasta ahora.

Hawke está en Donostia presentando su último trabajo, “The magnificent seven” (“Los siete magníficos”), de Antoine Fuqua. Se trata de un remake del western clásico de 1960 del mismo nombre dirigido por John Sturges que a su vez está basada en “Los siete samurais”, de Akira Kurosawa.

Se trata de una cinta llena de acción en la que Fuqua da un giro a los personajes de los sesenta para presentarnos a unos mucho más actuales. En una «América blanca» nos topamos con un líder negro (Denzel Washington), un asiático (Byung-hun Lee), un mexicano (Manuel Garcia-Rulfo) y un indio comanche (Martin Sensmeier) que forman el grupo de los elegidos junto a Chris Pratt, Vincent D’Onofrio y el mismo Ethan Hawke.

El galardonado habló sobre la película en la rueda de prensa posterior a la proyección de ayer por la mañana: «Nací en los 70 en Texas. Vi la película original unas cinco veces antes de los doce años. La ponían en la tele los domingos por la tarde. Recuerdo el maquillaje oscuro y un acento mexicano malísimo. América se define por los blancos», comentó para después asegurar que Fuqua «ha hecho algo maravilloso» al construir la diversidad eligiendo a Denzel Washington como el líder de un western «al estilo de John Wayne». De este modo, se hacen referencias a la cuestión racial pero sin profundizar en ella. La participación de Washington en la cinta fue una de las razones por las que Hawke quiso formar parte de ella también. «Hay grandes estrellas de cine, pero muy pocos legendarios como él», comentó sobre su compañero. «Me dijo que iba a rodar ‘Los siete magníficos’ y que Denzel era el líder y le dije que yo tenía que ser uno de ellos. Más tarde decidimos qué papel haría yo», dijo sobre el director, con quien ya ha colaborado en varias ocasiones. Sobre este dijo que tiene gran capacidad de adaptación. Incluso decidió de qué manera y dónde moriría su personaje, a pesar de que en un principio tuvieran otra cosa en mente.

En cuanto a las comparaciones que evidentemente llegarán dijo que «las críticas de la película de 1960 eran horribles pero con el tiempo la gente desarrolló una relación». «Siempre sientes presión cuando abordas un trabajo con el que la gente ya tiene una relación anterior. Si haces ‘Hamlet’ te compararán con otros Hamlet, y si haces ‘Los siete magníficos’ te compararán también», comentó.

Sobre la película en sí, explicó que se basa en el mito de los siete samurais donde los débiles heredan la tierra. «Hay muchas historias reales y de ficción en las que la gente se junta para ayudar a los demás» y esta es una de ellas. Preguntado sobre si a Donald Trump le gustaría el film, aseguró que sí pero que «seguramente no entendería que realmente esas personas se reúnen para luchar contra él».

Sobre el rodaje aseguró que le gustó trabajar junto a sus compañeros y que puso en práctica algo aprendido en “El club de los poetas muertos”, a trabajar en equipo. «Es como un grupo de música, donde cada uno toca un instrumento y hay que escucharse sin pisar a los demás», explicó.

Afrontar el fracaso y el éxito

En la rueda de prensa tuvo ocasión también de hablar de su trayectoria y sus experiencias en el cine. Comentó que uno de sus objetivos es mantener un equilibrio entre lo que hace y lo que le gustaría hacer. Es por eso que alterna las películas taquilleras con las independientes. «Cuanto más ocupado se está más difícil es saber lo que queremos hacer con nuestras vidas. Si trabajas demasiado te marca, así que he intentado desmarcarme pero estando siempre dentro del juego», declaró.

«Si solo haces trabajos con grandes estudios y la gente te dice ‘qué buena’ no te sientes bien si no estás orgulloso de tu trabajo», subrayó. En ese sentido, aconsejó que los actores deben hacer su propio camino y que «no hay una respuesta correcta». Dijo haber interpretado papeles que la gente le decía que no aceptara. En cambio, con “Colmillo blanco” la gente le animó a aceptar el rol, «pero no fueron ellos quienes estaban en Alaska pasando frío enseñando a sentarse a unos lobos», bromeó.

Ya es una persona curtida en el mundo de la interpretación, pero no por ello deja de aprender del idealismo de los jóvenes, como su hija. Mirando atrás en el tiempo recordó su primer papel en “Los exploradores”. «Se suponía que iba a ser un éxito, pero no creo que a nadie le gustara y fue un fracaso. Fue una gran lección para mí, una prueba de fuego. Si no puedes afrontar el fracaso no podrás enfrentarte al éxito. Tardé años en poder presentarme a otro casting».

Respecto a sus planes para el futuro, dijo que si en los próximos 30 años sigue vivo le gustaría seguir trabajando para hacer cosas aún más relevantes que las hechas hasta ahora. Aseguró que le gustaría interpretar a Zapata, «aunque sea políticamente incorrecto» y también participar en una película del oeste en la que los indios cuenten su versión de la historia y los blancos sean personajes secundarios.