Las juntas generales extraordinarias de socios de Elkargi y Oinarri aprobaron ayer, por unanimidad, la fusión de ambas sociedades dando lugar a la Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) «más importante del Estado», con una base societaria de 15.000 empresas, un riesgo vivo de mil millones de euros y 110 millones de fondos propios.

La fusión se realizará por absorción por parte de Elkargi, de acuerdo a los estatutos de esta última. La nueva sociedad, con sede en Donostia, está ya operativa aunque inicia un periodo transitorio hasta que se produzca la autorización definitiva de la operación por parte del Ministerio de Economía y Competitividad, tras los informes favorables de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.

El siguiente paso será la constitución del nuevo Consejo de Administración y la designación de la persona que ocupará la futura Dirección General de la entidad.

La dirección de Elkargi resaltó que la nueva entidad, con un volumen de avales concedidos superior a 6.100 millones de euros, iniciará su actividad con «una tasa de solvencia cercana al 15%, una de las más elevadas del sistema financiero español, y muy por encima del 8% que el Banco de España exige a este tipo de entidades».

«Proyecto de país»

Explicó, asimismo, que la fusión es fruto de un proceso iniciado hace más de un año, en el que «han tenido lugar intensas negociaciones para generar un ‘proyecto de país’, necesario para mejorar la financiación de las empresas vascas». Resaltó también que la operación será «beneficiosa» para sus empleados y empresas socias, además de para la propia economía vasca, ya que aportará importantes ventajas como «mantener un liderazgo entre las SGR» y lograr mejoras en los costes y en la posición negociadora con entidades crediticias o«conseguir representación propia en organismos europeos.

Pío Agirre, director general de Oinarri, destacó, por su parte, que la fusión es «un ejemplo de altura de miras a la hora de sumar esfuerzos para proporcionar los mejores servicios a las Pymes y autónomos de nuestro tejido económico».