Dos parecen ser los partidos que le quedan de crédito a Enrique Martín para revertir el errático rumbo de la nave rojilla. En declaraciones realizadas al portal “Navarrasport”, el presidente del club, Luis Sabalza, confirmó que «a día de hoy no tengo ninguna intención de cesarle», pero también que «si perdiéramos contra el Eibar y Betis, nos quedaríamos muy descolgados y algo habría que hacer».

Así las cosas, y después de la paupérrima imagen ofrecida frente a Las Palmas, el preparador de Campanas está obligado a darle una nueva vuelta de tuerca al juego de su equipo para obtener algo positivo en Ipurua. Un Enrique Martín que ayer volvió a unirse a su plantilla en una jornada de convivencia que se desarrolló por completo en Cascante, donde disfrutaron del espacio termo-lúdico de la localidad, realizaron una visita a la ermita y comieron en un restaurante del pueblo.

Antes de salir en autobús desde Tajonar, el míster rojillo quiso quitarle importancia al episodio que sufrió coincidiendo con el 1-0 de su equipo. Así, reseñó que lo ocurrido fue «producto de la tensión», algo «normal» porque «uno es persona» y «no es inmune a todo», pero aseguró que hay que «relativizar» por dicho suceso.

«Me ha dado para reflexionar en el sentido de que Osasuna y yo vamos de la manita, nos fuimos juntitos a la UVI, salimos, caminamos... Ahora nos encontramos aquí un poco jodidillos, pero al final saldremos de la manita también, seguro. Lo que más me jodió fue el empate, tenemos dos semanas para coger fuerza y arrear», vaticinó el entrenador osasunista.

El jefe de los servicios médicos, José Manuel Martínez, aclaró que «no tuvo dolor torácico ni en ningún momento síntomas que hicieran sospechar por una angina de pecho».