KUNDUZ

Los talibanes vuelven a dejar en evidencia al Estado títere afgano

Los talibanes volvieron a instalar su bandera en el centro de Kunduz, como hace ahora justo un año, dejando en evidencia la debilidad militar de Kabul. Y justo en plena conferencia de donantes en Bruselas.

Las tropas afganas contratacaron ayer para expulsar a los talibanes del centro de Kunduz, donde seguían los combates después de que el lunes los insurgentes tomaran al asalto esta ciudad del norte del país, en una reedición de la conquista militar lograda hace un año.

El jefe de la Policía de Kunduz, el general Mohammad Qasim Jangalbagh, anunció que los talibanes habían sido desalojados del centro de la ciudad, donde la víspera colocaron su bandera en la principal rotonda, pero confirmó que seguían los combates.

La población seguía encerrada en sus casas, las tiendas estaban cerradas, las calles desiertas y decenas de familias intentaban huir hacia la capital, Kabul.

Pese a los refuerzos con fuerzas especiales y al apoyo del Ejército estadounidense, que movilizó al menos un helicóptero para repeler el asalto, la desconfianza reinaba en la ciudad.

No es para menos. La caída de Kunduz hace justo un año, a finales de setiembre, y los duros combates que tuvieron lugar durante tres días, dejaron un saldo de 300 muertos y más de 600 heridos.

Esta nueva ofensiva talibán perfectamente coordinada sobre Kunduz, nudo comercial estratégico a las puertas de Kabul, ilustra la inseguridad persistente en Afganistán.

Conferencia en Bruselas

El asalto es un aviso a la comunidad internacional de que los talibanes siguen ahí. Llega en plena conferencia de donantes en Bruselas, que reúne a 70 países hasta el miércoles. Kabul y EEUU prometieron en 2015 que los talibanes no conquistarían otra capital provincial.