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China pone en órbita la misión que preparará su estación espacial

China ha puesto en órbita su misión espacial tripulada más prolongada, con dos astronautas que trabajarán en el laboratorio Tiangong-2 durante treinta días. Además, de experimentos en diversos campos, la misión dará un paso decisivo para preparar el próximo hito chino, la creación de una estación espacial permanente. Presentándose como potencia espacial, Pekín prepara también próximas misiones a la Luna y Marte.

China puso en órbita ayer a dos astronautas que se dirigen al segundo laboratorio espacial, a casi 400 kilómetros de distancia, en la que será la misión tripulada más larga hasta la fecha, y que prepara un paso decisivo en la carrera espacial del país: la puesta en marcha de una estación espacial. Los dos hombres, Jing Haipeng y Chen Dong, despegaron de la base de Jiuquan, en el desierto de Gobi, a bordo de la nave espacial Shenzhou-11, propulsada por la lanzadera Larga Marcha 2F.

Los dos astronautas deben llegar mañana al segundo laboratorio espacial chino, Tiangong-2, lanzado el mes pasado con la finalidad de abrir paso al despliegue, de aquí a seis años, de la estación espacial habitada.

El aumento del tiempo de la estancia respecto a anteriores misiones aumenta los riesgos para los astronautas. Pasarán 30 días en el laboratorio, donde realizarán experimentos en materia de medicina, biología, física, tempestades solares y reparaciones de equipos, antes de regresar a la Tierra. Tendrán además dos horas de tiempo libre al día. «Hemos preparado cien tipos de alimentos y bebidas», explicó Wu Ping, vicedirectora del organismo encargado de programa los vuelos tripulados.

Pero sobre todo, probarán las condiciones de vida y trabajo para preparar el funcionamiento de la estación espacial.

La conquista espacial, coordinada por el Estado Mayor militar, es impulsada como un símbolo de la nueva potencia del país auspiciada por el Partido Comunista. Pekín ha invertido miles de millones de dólares en sus programas espaciales para intentar ponerse al nivel de Europa y EEUU, aún muy lejano. Con ese objetivo, China quiere desplegar la estación espacial habitada en 2022, una fecha para la que se prevé que ya haya dejado de funcionar la estación espacial internacional (ISS). El primer módulo debería estar en el espacio en 2018.

La Luna y Marte

En paralelo, Pekín prepara el envío de una persona a la Luna. En diciembre de 2013, la sonda china Chang'e-3 alunizó, y desembarcó en la superficie lunar un vehículo teleguiado llamado «Conejo de jade», misión considerada «un pleno éxito». Ese «rover» lunar tuvo un problema mecánico que lo sumió en largas fases de coma, pero convirtió al gigante asiático en el tercer país en llegar a la luna.

Su objetivo era probar las tecnologías que se utilizarán en una misión posterior, la Chang'e-5, prevista para 2017, que se encargará de recoger muestras del suelo de la luna. China espera colocar a un ser humano en la superficie del satélite en 2025.

Pekín también ambiciona mandar una nave espacial alrededor de Marte de aquí a 2020, antes de desplegar un vehículo teleguiado en el planeta rojo.

 

Medio siglo de misiones y tercera fase de las naves tripuladas

La Shenzhou-11 es la sexta misión tripulada en la historia de China y cierra un lapso de tres años sin enviar tripulación al cosmos. Aunque el programa espacial chino nació en 1956, la rama especializada en proyectos tripulados no se fundó hasta 1992, con una estrategia en tres etapas. La primera de la familia de naves espaciales Shenzhou (barco divino), lanzada el 20 de noviembre de 1999 ,y las tres siguientes, fueron vuelos sin tripulación, para perfeccionar la tecnología, La primera misión tripulada de China llegó e 15 de octubre de 2003. Yang Liwei fue el primer astronauta chino, al realizar un vuelo espacial de 21 horas a bordo de la Shenzhou-5. El siguiente paso fue crear instalaciones espaciales más complejas, los laboratorios, que pudieran albergar a los astronautas durante más tiempo, al tiempo que llevaban a cabo proyectos de investigación. El primero, el Tiangong-1, fue lanzado en 2011, y un año después se le acopló la siguiente misión tripulada, Shenzhou-9. El gigante asiático se encuentra inmerso actualmente en la tercera fase de su programa espacial tripulado, la construcción de una estación espacial que pueda alojar a personas a largo plazo para 2022. Con ese objetivo, China lanzó el 15 de setiembre un segundo laboratorio, el Tiangong-2, como reemplazo de su antecesor, que en 2017 se destruirá en su retorno a la atmósfera terrestre.GARA