Nerea GOTI
BLACK FRIDAY COBRA FUERZA EN EL PEQUEñO COMERCIO

DESCUENTOS QUE «CALAN» EN LA ANTESALA DE LA NAVIDAD

Otra cita de importación que ha llegado para quedarse en nuestras calles porque funciona, también en el pequeño comercio. «El año pasado fue una locura» y este promete. Donde no hay carteles la pregunta es: «¿No hacéis descuentos de Black Friday?».

Black Friday es otra cita de importación made in USA que se ha instalado en nuestras calles, y lo hace porque el consumidor busca los descuentos y el comercio, también el pequeño, responde con ofertas que suponen animar la actividad en tiempos difíciles. Según un estudio de la plataforma global de compraventas eBay, dos de cada diez pymes vascas participarán en este Black Friday, una cita que ven como «una gran oportunidad» para incrementar las ventas de sus negocios.

«Hace años se sabía que existía el Black Friday pero nadie lo buscaba por aquí; desde el año pasado se nota que la gente busca esos descuentos», comentan en el Casco Viejo bilbaino, en el que cada vez son más las pequeñas tiendas que anuncian promociones que oscilan entre el 10% y el 20%, pero que en algún caso pueden llegar al 50%.

Cuentan que el año pasado «fue una locura» y que este año será similar porque ya perciben que su clientela ha estado estos días previos ojeando los precios de los artículos que necesita, pero no hará la compra hasta el fin de semana. Opiniones recogidas en establecimientos pequeños coinciden en señalar que cada vez observan más interés por las promociones y que hasta preguntan por ellas si no ven carteles en el escaparate.

Señalan en las tiendas que en apenas dos años esto del Black Friday –que nadie traduciría por «viernes negro», pero que en Bilbo sí se puede ver en los escaparates como «Bariku Baltza»– está subiendo como la espuma y, por lo que cuentan, los pequeños establecimientos se están adaptando a esta cita siguiendo el ritmo que marca el consumidor. Es la demanda la que está haciendo que Black Friday, que hasta hace poco estaba vinculado más a las grandes superficies, llegue también a las pequeñas tiendas. La cita reúne dos elementos de innegable atractivo para el sector y para el colectivo consumidor: los descuentos y las fechas. A solo un mes de Navidad, la cita es una oportunidad para dosificar gastos, adelantando compras de regalos navideños, de forma que no se acumulen en diciembre, y con el incentivo de la rebaja de precios.

«Ha calado mucho», señala Jorge Allo, gerente de la asociación de comerciantes Bilbao Centro, que este año desarrolla la campaña en colaboración con los comercios del Casco Viejo. Según explica, el consumidor «marca tendencia» y, por ello, año tras año se van sumando más establecimientos, conscientes de que la cita genera ilusión y «es nuestra responsabilidad que el consumo que se genera estos días derive en nuestro comercio más local».

«Se nota ilusión con un momento en que la compra va a resultar más barata, con la idea de aprovechar la ocasión», por lo que «no hemos podido dar la espalda a un movimiento como este que hace que el comercio local se mueva». Subraya, además, que campañas como esta ayudan a que algunos establecimientos vean cómo los números rojos se transforman en negros, una de las ideas que se atribuyen al origen de la expresión en inglés; otra versión es la que sitúa el nacimiento del término en el caos circulatorio que rodea las compras en EEUU en la jornada posterior a la festividad de Acción de Gracias, el cuarto jueves de noviembre.

En los barrios y hasta en talleres

Olatz Elgea, de Bilbao Dendak, la asociación que reúne a colectivos de comerciantes de distintas zonas y barrios, recuerda que Black Friday entró «tímidamente» en la capital vizcaina como una costumbre estadounidense que no significaba demasiado aquí, pero que «ha ido calando» porque «vemos que la clientela percibe en estos descuentos la oportunidad de aprovechar ofertas que hacen atractivos los productos en esta época prenavideña». Y ante esta realidad, «estamos atentos a lo que el cliente pide».

Explica que los descuentos se han ido instaurando con éxito en el comercio más céntrico pero, vistos los buenos resultados, también se está extendiendo de forma importante a los barrios. De hecho, la campaña no se detiene en la capital y ya se deja notar en comarcas cercanas. Por ejemplo, en Ezkerraldea, donde asociaciones de comerciantes de localidades como Santurtzi anuncian «descuentos especiales» desde hoy.

Sobre el tipo de artículos que más se buscan, destacan que los productos estrella son el textil y el equipamiento personal, en general, aunque el tirón del Black Friday ha llegado también a la hostelería y hasta a los talleres de vehículos, que lanzan promociones especiales de mantenimiento.

En el Casco Viejo y la zona centro, más de 300 comercios asociados se han sumado a esta cuarta edición de Black Friday. Contando con los barrios, son casi 500 los establecimientos que participan en esta «antesala» de la campaña navideña. Para animar las compras han preparado hoy una jornada «mágica» para la clientela con «promociones, sorpresas y descuentos». También en barrios como Santutxu, anuncian descuentos especiales, sorteo de vales de compra para canjear en el comercio asociado y coreografías para dinamizar la jornada.

 

Atención a las compras compulsivas, control de precios y «viernes verde»

A puertas de un Black Friday cada vez más potente y del Cyber Monday o «Ciberlunes», que dispara las compras por Internet, la Unión de Consumidores de Euskadi UCE-CAUCE ha lanzado recomendaciones específicas. Destaca la idea de «no dejarse llevar por las compras compulsivas que en ocasiones este tipo de ventas promocionales fomentan», comparar los precios y adquirir el artículo necesario, de forma «que el ahorro no derive en un gasto innecesario».

La asociación de consumidores se fija especialmente en el comercio electrónico. Aconseja comprar «en páginas de confianza y preferentemente ubicadas dentro de la Unión Europea, para poder reclamar con efectividad en caso de ser necesario». Hay que «leer y guardarse copia del condicionado y justificante de la compra» y «exigir la factura simplificada», porque es el único comprobante en caso de reclamación o devolución. Otro consejo a seguir: en productos de larga duración, conviene asegurarse de que la factura «no sea de tinta térmica, que puede borrarse» y, por si acaso, «hacer una fotocopia o exigir una factura».

La cuestión del control de precios es especialmente seguida por usuarios de comercio electrónico, entre los que cobran fuerza herramientas como Mindrest, OPI o NetRivals, a través de las que siguen la evolución de los precios de un artículo para evitar prácticas como la de inflar los precios antes de Black Friday creando a continuación «una falsa sensación de chollo».

Electrónica, moda y decoración son los sectores que se prevé encabecen las ventas un año más. Solamente en comercio electrónico, en el Estado español se calcula que hoy se gastarán más de 1.200 millones de euros, un 13,12% más que en 2015. Servicios como Aplazame, de financiación instantánea para compras a plazos online, prevén un aumento de sus servicios de entre el 15% y el 20%.

La sombra del consumo desatado que proyectan los descuentos ha llevado a algunas empresas y organizaciones a proponer como alternativa el «Viernes Verde», para concienciar sobre el consumo de productos sostenibles, otras opciones como el comercio justo, y la atención a condiciones laborales y salarios adecuados. GARA