Raimundo Fitero
DE REOJO

Iris

Existe una Academia de la Televisión que la forman unos centenares de miembros de todos los gremios del audiovisual. Es una asociación que la preside Manuel Campo Vidal, el más conspicuo moderador de los debates electorales a dos de los últimos años. Pues bien, esa Academia da unos premios anuales a programas y profesionales, y se llaman Iris. La otra noche se ofreció la gala de entrega de esos premios y lo hizo el canal 13 TV. Y aquí vienen las interrogantes. ¿Cómo es posible que un canal de tan poca presencia pueda, económicamente, organizar una actividad de estas características? Ítem más: ¿Por qué una institución como la Academia no encuentra la colaboración de las cadenas principales para darle mayor difusión a este acto que sirve para consolidar su existencia?

En el discurso inaugural de la gala, el presidente de la Academia lanzó desmesuradas alabanzas al canal de la Confederación Episcopal Española de una manera bastante difícil de comprender conociendo la incidencia del canal en el total de la audiencia, sus contenidos tan escorados hacia la extrema derecha, su falta de programación más allá de los noticiarios tendenciosos, las tertulias militantes en la trinchera de la mentira y la manipulación y el cine más casposo.

De acuerdo, no podía hacer ninguna crítica en casa de quienes le habían salvado la delicada situación, pero dándole cabida a la gala en su programación bautizaba a 13TV como si tuviera una importancia general que no tiene en ningún sentido, ya que pierde dinero de manera constante por lo que se trata de una inversión ideológica de los obispos y no una alternativa para los telespectadores, ni siquiera para los católicos según se comprueba en la lectura de las audiencias. Campo Vidal señaló que en plena crisis había nacido y creado cientos de puestos de trabajo. Será por eso.