Aunque todas las partes implicadas –salvo la patronal Garen, que no fue invitada a la primera reunión, la del pasado miércoles– recibieron positivamente la propuesta de Confebask para negociar un acuerdo interprofesional que otorgue prioridad a los convenios suscritos en la CAV sobre los de ámbito estatal, los recelos entre unos y otros no han disminuido.

Raúl Arza puso de relieve ayer que hacía «mucho tiempo» que no se sentaban todos en una mesa pero añadió que «no hay que echar las campanas al vuelo» y darle «demasiadas expectativas a esa reunión». Así hizo referencia, durante una entrevista en Herri Irratia, al encuentro que UGT compartió con Confebask, ELA, LAB y CCOO.

En todo caso, indicó que van a ver si son capaces de firmar un acuerdo que «defiende la negociación colectiva en Euskadi frente a la llegada de los convenios de ámbito estatal». No obstante, aclaró que, si luego no son capaces de firmar convenios en el ámbito provincial, el acuerdo será «papel mojado» porque «no es más que una declaración». «Eso se tiene que ver reflejado posteriormente en los convenios colectivos», incidió.

Tras señalar que no le gusta «buscar culpables» aunque otros «tratan de buscarlos en la patronal, el Gobierno y el resto de sindicatos», reiteró que lo que quiere UGT es «buscar soluciones» porque «casi 360.000 trabajadores vascos tienen su convenio pendiente de negociar o decaído».

En relación a los de eficacia limitada, dijo que se convierten, de facto, en convenios «de mayoría» y puso, como ejemplo, Michelin y Mercedes. En el caso de la segunda, explicó que llevaron el preacuerdo a referéndum y lo ganaron. «Lo curioso es que algunos que hablan tanto de que se consulte a los trabajadores, que hablan del respeto a las mayorías, parece ser que, cuando ellos pierden, ni los referéndums tienen validez ni las mayorías son tales», manifestó.