Ayer partió de Berlín la Marcha Civil por Alepo, siguiendo, simbólicamente y a la inversa, la ruta a pie de 3.000 kilómetros que recorren las personas refugiadas en su huida. Los participantes en dicha iniciativa quieren finalizar su recorrido en la frontera con Siria.

Ana Elena Altuna y su hija Aixa, activistas de la Plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak Bizkaia, han querido estar allí para participar en las primeras etapas de esta marcha como una forma de manifestar su apoyo al pueblo sirio. Aprovecharán la ocasión para expresar su testimonio de que el pueblo vasco no permanece impasible frente a la crisis humanitaria que sufren las personas que tratan de huir de las guerras y la miseria.

La Marcha Civil por Alepo es un proyecto que quiere visibilizar la movilización activa de la ciudadanía frente a este conflicto, reclamando el cese de la guerra en Siria y la apertura de corredores humanitarios seguros.

El poder de las redes

Más de 3.000 personas han anunciado su participación y se unirán en algún punto de un trayecto que tiene como objetivo llegar a Siria andando e ir haciéndose eco de sus reivindicaciones a lo largo del camino. La iniciativa ha partido de una periodista polaca, Anna Alboth, que vive en Berlín y ha estado ayudando a personas refugiadas que llegan a Alemania desde 2015. Un buen día decidió dar un paso más allá y su propuesta ha obtenido una gran respuesta a través de las redes sociales.

Se prevé que la marcha solidaria dure unos tres meses y medio. Durante la misma atravesarán varios países: República Checa, Austria, Eslovenia, Croacia, Serbia, Macedonia y Grecia.