M.I.
SILENCIO

La persecución nipona del s. XVII a los cristianos

Son muchos los años que ha tardado Martin Scorsese en poner en pie este viejo proyecto, consistente en la adaptación de la novela homónima de Shûsaku Endô, que ya fue llevada a la pantalla por Masashiro Shinoda en “Chinmoku” (1971). Todo ello contribuye a que la película tenga el toque de un clásico con influencias de los maestros Kurosawa, Bergman y Coppola. También habrá quien la relacione con “La misión” (1986), al tratar el tema histórico del afán colonizador de los jesuitas. La diferencia estriba en que en el Japón del siglo XVII fueron sangrientamente perseguidos, porque eran vistos como unos invasores.

Esta ficción histórica se inspira en el caso real del religioso italiano Giuseppe Chiara, reconvertido por Endô en portugués. Liam Neeson es el fraile que comete apostasía, lo que precipitará el viaje de dos hermanos de congregación más jóvenes para investigar lo sucedido. Andrew Garfield y Adam Driver incorporan ambos personajes, los cuales se encontrarán con una comunidad cristiana en la clandestinidad, siendo torturados para renegar de su fe. Si no se avenían a pisotear el “fume” (iconos de Jesucristo y la Virgen María) se les ejecutaba mediante el “anazuri” (colgados y desangrados boca abajo).