M.I.
CONTRATIEMPO

Un joven empresario busca coartada criminal

E scribió el guion de “Los ojos de Julia” (2010) para Guillem Morales y dirigió personalmente la historia coescrita con su habitual colaboradora Laura Sendim en su ópera prima “El cuerpo” (2012). Todo esto le convierte ya en su segundo largometraje “Contratiempo” en un especialista del género de suspense, revisitando los clásicos de Alfred Hitchcock, y en esta ocasión nada menos que “La ventana indiscreta” (1954). Claro que ese tipo de intriga hay que trasladarla a los códigos de producción de Atresmedia, que impone por lo civil o por lo penal invariablemente a Mario Casas como protagonista masculino, y no por sus cualidades intepretativas, sino como gancho mediático para el público televisivo que hay que llevar a la sala de cine.

Para compensar la falta de dominio de la expresión dramática del joven actor se le rodea de un reparto más curtido en el que figuran Ana Wagener, José Coronado, Bárbara Lennie y Francesc Orella. La puesta en escena se concentra en una habitación con el protagonista y su abogada intentando preparar una coartada mediante la cual librarle de la cárcel, ya que se le va a juzgar por el crimen de su amante, habida cuenta de que el cuerpo de la víctima fue encontrado a su lado en la cama de la habitación de un hotel que estaba cerrada por dentro.