El régimen sirio calificó de «totalmente falso» el informe de Amnistía Internacional que afirma que 13.000 personas fueron ahorcadas en la prisión de Saydnaya, cerca de Damasco en un plazo de cinco años. Damasco aseguró que el informe, que habla de una «política de exterminio» y «crímenes contra la humanidad», busca empañar la reputación de Siria en instancias internacionales.

Por otra parte, al menos una persona murió en un ataque contra un centro de distribución de la Media Luna Roja Siria en Alepo. La agencia oficial Sana responsabilizó a disparos de cohetes de grupos insurgentes.

Turquía anunció que sus tropas y los rebeldes a los que apoya avanzaron en la ciudad de Al-Bab, bastión del ISIS, en una acción simultánea y aparentemente coordinada con el Ejército sirio, que avanza desde el sur y ha cortado las líneas de suministros yihadistas. Al menos seis civiles murieron el martes en los bombardeos turcos en Al-Bab. Ankara anunció que su próximo objetivo es Raqa, también bajo control del ISIS, «pero no con otros grupos terroristas», en referencia a las milicias kurdas que lideran hasta ahora la ofensiva, apoyadas por EEUU. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo haber acordado con Donald Trump una acción conjunta en Raqa y Al-Bab.