V.E.
EL VIAJANTE

Asghar Farhadi, larga vida a un no-viajante

A pesar de que quien escribe no comparte el entusiasmo que despierta “Toni Erdmann”, era de justicia que la Academia le concediera por lo menos el Óscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa, al ser la única candidata que ofrecía avances en el género donde jugaba (a saber, un tratamiento revolucionario de la comedia cinematográfica). Pero no, dicho honor se lo acabó adjudicando un drama. Uno nada rompedor, pero sí modélico en su propio terreno de juego. Firmaba Asghar Farhadi, quien conquistó el favor de los académicos tirando más de discursos políticos que de argumentos artísticos.

Las cosas como son: “El viajante” ganó el Óscar porque su director, de nacionalidad iraní, declaró que no acudiría a la gala en señal de protesta por el veto migratorio musulmán de la administración Trump. Con dicho anuncio, se acabó la competición en dicha categoría y de paso, quedaron silenciados los logros de su film. Una cinta lejos de los mejores trabajos en el CV de Farhadi, pero igualmente testigo de su maestría a la hora de moverse en el conflicto humano, apasionante campo de batalla en el que vernos reflejados. El telón de fondo de la historia lo pone Arthur Miller, y la comparación no le viene grande.