La Policía sueca confirmó ayer que el detenido como presunto autor del atentado del viernes con un camión en el centro de Estocolmo es un uzbeko de 39 años, contra el que se han presentado cargos por «terrorismo», aunque no aclaró si simpatizaba con el Estado Islámico (ISIS), como apuntaban algunos medios, o es otro lobo solitario.

El atentado, en el que murieron cuatro personas y quince resultaron heridas, ocurrió poco antes de las 13.00 GMT, cuando un camión irrumpió en la principal calle peatonal de Estocolmo y tras recorrer un tramo atropellando peatones, se empotró contra la entrada de Åhléns, conocidos grandes almacenes, donde se incendió.

«Nada indica que tengamos a la persona equivocada, al revés, las sospechas se refuerzan a la vez que la investigación avanza. Pero aún no podemos descartar que haya más personas implicadas», declaró el jefe de la Policía Nacional, Dan Eliasson. Rehusó confirmar, sin embargo, si el individuo, detenido el viernes por la noche en la localidad de Märsta ha confesado ser el conductor del camión robado, cuándo llegó a Suecia y sus motivos.

Hace un año

El sospechoso no figuraba en ningún registro de los servicios de Inteligencia (Säpo), aunque estos sí recibieron hace un año informaciones del extranjero sobre él, que no revelaron relación con movimientos extremistas, informó su máximo responsable, Anders Thornberg.

Eliasson informó de que se investiga un objeto encontrado en el interior del camión, pero tampoco quiso aclarar si se trata de una bomba de fabricación casera que no llegó a estallar, como adelantaron algunos medios.

Suecia ha decidido reforzar los controles fronterizos durante diez días prorrogables para impedir que el autor y sus eventuales colaboradores puedan abandonar el país.

Uzbekistán, de donde es originario el detenido, ha visto emerger desde 1991, el año de su independencia, un movimiento islamista radical que todavía perdura y del que han salido uzbekos implicados en numerosos atentados en todo el mundo.

El Movimiento Islámico de Uzbekistán (IMU) nació en el valle de Fergana, de 12 millones de habitantes, situado en el este de esta exrepública soviética, laica y de mayoría musulmana, y que incluye también a parte de los territorios de Kirguistán y Tayikistán. Duramente reprimido por quien fuera autoritario presidente de Uzbekistán hasta su muerte, en setiembre, Islam Karimov, el IMU se unió a los talibanes afganos antes de jurar lealtad al ISIS en 2015. Algunos de sus líderes ocuparon cargos de responsabilidad en Al Qaeda.

Según International Crisis Group (ICG), entre 2.000 y 4.ooo ciudadanos de países Asia Central se han sumado al ISIS como combatientes en Siria e Irak ante las perspectivas en . La mayoría son ciudadanos uzbekos o de etnia uzbeka.

«Era previsible»

«Los terroristas quieren que tengamos miedo, quieren que cambiemos nuestros hábitos, quieren que no vivamos nuestra vida con normalidad. Pero eso es lo que vamos a hacer. Los terroristas no podrán derrotar a Suecia. Nunca», declaró el viernes el primer ministro sueco, el socialdemócrata Stefan Löfven.

Para Magnus Ranstorp, un investigador sueco, este atentado no es una sorpresa. «Era previsible, la Policía y los servicios de Inteligencia lo repetían desde hace meses (...) Lo único que no sabíamos era cuándo iba a ocurrir», declaró a la AFP.

El ataque del viernes fue el último de una serie de atentados similares con vehículos en Londres, Berlín y Niza.

Pero nadie creía en la posibilidad de un ataque de esa naturaleza en Suecia. «Nunca hubiese pensado que podía suceder en Suecia», reconoció Haval, un empleado de oficina de 30 años.

De confirmarse la hipótesis de un atentado «terrorista», se trataría del primer ataque mortal en Suecia. El país nórdico sólo ha sufrido otro atentado. Fue en diciembre de 2010, cuando un hombre cometió un ataque suicida con bomba en la misma calle peatonal, hiriendo levemente a varias personas.