La Policía Nacional Bolivariana (PNB) de Venezuela impidió de nuevo ayer el paso de la marcha opositora hacia la sede de la Defensoría del Pueblo en el centro de Caracas, lo que originó nuevos enfrentamientos entre manifestantes y agentes, que emplearon gases lacrimógenos para dispersarles.

La protesta, que congregó a cuatro mil manifestantes, intentó dirigirse hacia la sede de la Defensoría para protestar por el rechazo de esta instancia a actuar contra los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), condición indispensable para que La Asamblea Nacional pueda proceder contra ellos.

La oposición se ha manifestado cuatro veces en una semana contra el fallo –luego revocado– del TSJ que despojaba a la Asamblea de sus funciones. La Cámara calificó de «golpe de Estado» la actuación del Supremo y dio inicio a un proceso de destitución de los jueces que lo firmaron. Pero necesita que el Poder Ciudadano, que preside la Defensoría, califique de «falta grave» su actuación, lo que esta institución ve «improcedente».

El viernes, el presidente, Nicolás Maduro, instó a las fuerzas revolucionarias del país a fortalecer la unión cívico-militar y a prepararse para consolidar la paz ante cualquier circunstancia que surja de «los intentos desestabilizadores» de la derecha. «Quien quiera la paz que se prepare para ganarla, para disputarla y para vencer», sostuvo.

El líder opositor Henrique Capriles, a quien se le notificó el viernes su inhabilitación por supuestas irregularidades administrativas como gobernador del estado Miranda, cargo que ejerce desde 2008, deshoyó la medida y anunció una gira por todo el país. «Para nadie es un secreto mi aspiración para dirigir este país», dijo quien ya fuera propuesto por su partido como precandidato para las primarias de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) de cara a las presidenciales, previstas para 2018.