Mikel CHAMIZO
MÚSICA CLÁSICA

Una apuesta de éxito por los siglos XX y XXI

El programa que está presentando la OSE esta semana –se repite aún en Bilbo, Gasteiz y Donostia– era tan interesante como arriesgado, por eso resultó gratificante comprobar que la orquesta lo defendía con compromiso y que el público le brindaba una buena acogida. La velada se inició con uno de los grandes músicos desconocidos del siglo XX, el suizo Frank Martin, y su “Concierto para siete instrumentos de viento”. Una creación que, bajo su máscara de brillante ironía neoclásica, transmite una sensación de amargura y nihilismo que es reflejo de los sentimientos encontrados que imperaban en la época en que fue compuesta, los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Los siete solistas de viento de la OSE tuvieron que sudar para sacar adelante las complejidades que demanda la partitura, pero demostraron el gran nivel interpretativo que se esconde entre los músicos de esta familia de la orquesta vasca.

Llegó después una nueva obra del japonés Toshio Hosokawa, quien ya estuvo presente en el primer concierto de la temporada con su magnífica “Meditation”. La OSE, que está grabando un CD con su música, trajo esta vez “Klage”, inspirada por una fotografía de una madre japonesa, que buscaba el cuerpo de su hijo tras el tsunami japonés de 2011. Con textos del poeta suicida Georg Trakl, “Klage” es una propuesta oscura y desgarradora, pero, como toda la producción de Hosokawa, de una abismal profundidad humana. La OSE y Jun Märkl la presentaron con todo su impacto orquestal y gran expresividad.