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WASHINGTON

Trump acusa al exdirector del FBI de mentiroso y filtrador

El presidente de EEUU contraatacó el demoledor testimonio ante el Senado del exdirector del FBI James Comey, acusando a este de filtrar las supuestas presiones a la prensa y de mentir al afirmar que Trump trató de interferir en la investigación de la trama rusa. Pero a la vez se aferró a la declaración para decir que no hubo colusión con Rusia.

El presidente estadounidense, Donald Trump, intentó ayer recuperar la iniciativa política con un ataque al exdirector del FBI James Comey, a quien acusó de filtrar documentos confidenciales a la prensa.

El ataque de Trump fue la primera respuesta directa al demoledor testimonio que Comey prestó el jueves ante una comisión del Senado, donde acusó al presidente de tratar de interferir en una investigación del FBI sobre el papel de Rusia en las elecciones de 2016 y de mentir al país sobre la situación del FBI para justificar su despido.

En un mensaje en Twitter, Trump aseguró que el testimonio de Comey confirmó que él mismo no era objeto de la investigación del FBI,, pero añadió: «¡WOW! ¡Comey es un filtrador!».

El controvertido mensaje de Trump hace referencia por un lado a que Comey confirmó a los legisladores que en más de una oportunidad Trump le preguntó si era objeto de las investigaciones y que siempre le respondió negativamente.

La parte del tuit en que acusa a Comey de ser un «soplón» se apoya en otro fragmento del testimonio del exdirector del FBI, en el que narró que en febrero, después de sufrir presiones de Trump relacionadas con la investigación, decidió redactar un memorando interno y confidencial.

Cuando a inicios de mayo Trump decidió despedirlo y le recomendó que se mantuviera en silencio, Comey le pasó ese memorando a un amigo personal para que lo filtrara a la prensa. El equipo legal de la Casa Blanca afirmó que la Presidencia presentará en los próximos días una queja formal ante el inspector general del Departamento de Justicia por este hecho y el abogado personal de Trump anunció una demanda.

Más tarde, en una rueda de prensa junto al presidente rumano, Klaus Iohannis, Trump insistió en negar y validar a la vez el testimonio de Comey. «Confirmó mucho de lo que yo dije y algunas otras cosas no eran verdad», zanjó Trump sobre el testimonio del exjefe del FBI. Así aseguró que no demostró colusión de su campaña con Rusia ni obstrucción a la Justicia de su parte. El presidente consideró que su postura ha salido reforzada y negó, como aseguró el exdirector del FBI, que le reclamara «lealtad» o que le pidiera abandonar la investigación a su exasesor Michael Flynn.

 

Una Presidencia caótica que se enfrenta a grandes turbulencias políticas

Las declaraciones de Comey empujan la ya problemática Presidencia de Trump a un período de alta inestabilidad, en el que ya se multiplican las voces que mencionan la posibilidad de un juicio político de destitución en el horizonte por obstrucción a la Justicia. Para el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, las declaraciones de Comey tienen una carga demasiado elevada para ser minimizadas. «La nube que se encuentra por encima del Gobierno se tornó súbitamente más oscura. Pocas audiencias en la historia del Congreso han producido el tipo de revelaciones que hemos escuchado este jueves», afirmó.

Trump afronta la fase más delicada de su ya caótica Presidencia entre tensiones internas de su equipo y diferencias con los electos del Partido Republicano que pueden tener un papel decisivo sobre su futuro. El presidente ha ido sorteando las crisis con repentinos golpes de timón, pero su estilo impulsivo se pone a prueba con el demoledor testimonio de Comey. Dos ejemplos: la forma de anunciar el nombramiento del nuevo director del FBI refuerza la sensación de malestar en su entorno. El miércoles sorprendió anunciándolo en un tuit que fue confirmado oficialmente cinco horas después y ni siquiera había informado a los electos de su partido que lo visitaron la víspera; en la crisis de Qatar no ha dudado en apoyar las acusaciones de Ryad y el aislamiento de Doha, frente al intento del Departamento de Estado de calmar la situación. Bien hable del cambio climático o del secretario de Justicia, sus asesores se ven obligados a defender declaraciones de las que se enteran en el último minuto. Y con la popularidad por debajo del 40%, investigaciones en curso y sin sacar adelante ninguna ley relevante, se encuentra cada vez más solo para defender su balance.GARA