GARA
DONOSTIA

El talento más allá del suspense

La exposición que homenajea el talento global de Alfred Hitchcock recala en el Museo San Telmo de Donostia, un lugar que el propio maestro del suspense conoció cuando asistió al estreno de «Vértigo» en el Festival de Cine en 1958. Con motivo de esta conexión del cineasta con la ciudad la exposición que se abre hoy incluye elementos que no se vieron durante su estancia en Madrid, donde se ha exhibido previamente.

Entre los elementos que sí se exponen en el Museo San Telmo a partir de hoy, figuran fragmentos de películas realizadas en 1930 en la familia Hitchcock en las que el cineasta, que lucía entonces una frondosa cabellera, protagonizando bromas e imitaciones jocosas.

El recorrido de la muestra arranca en un pequeño espacio que incluye fragmentos del NoDo que daba cuenta de la estancia del director en Donostia en 1958, así como cinco fotografías realizadas durante su visita. La técnica del Museo San Telmo, Nerea Izagirre, que explicó el contenido de la muestra por un imprevisto que imposibilitado al comisario Pablo Lorca llegar a tiempo a la capital guipuzacoana, incidió en que «no se trata de un recorrido lineal sobre la cinematografía del artista».

El objetivo es ahondar en la figura del director, nacido en 1899 en Gran Bretaña, quien a pesar de su perfil comercial era un «gran conocedor del arte y la arquitectura de vanguardia» que incluía en sus filmes al tiempo que concedía gran importancia a aspectos como el vestuario, el grafismo o incluso los peinados. Hitchcock fue «mucho más que un director de cine» porque contaba con una concepción «global» del arte cinematográfico y controlaba todo el proceso creativo desde los guiones, la música, los rótulos o el marketing, un aspecto en el que se reveló como un auténtico visionario. Además, supo rodearse de grandes colaboradores como Saul Bass, diseñador gráfico, Robert Burks, director de fotografía, John Michael Hayes, guionista, Edith Head, diseñadora de vestuario, Bernard Hermann, músico, o incluso su esposa, Alma Reville. Tampoco faltaron a lo largo de su filmografía las colaboraciones con Balenciaga, Dior, Picasso o Dalí.

La escena de la ducha de “Psicosis” tiene un espacio propio con una pequeña recreación en la que el visitante puede apreciar la secuencia con música, tal y como quedó finalmente en la película, y sin las notas de Hermann, como en un principio tenía previsto Hitchcock y que el director corrigió a propuesta del compositor.

La muestra concluye con una fotografía en tamaño real del realizador en el mismo punto del claustro del Museo San Telmo donde se retrató en 1958.