El secretario general de ELA, Txiki Muñoz, compareció en Bilbo ante los medios junto Mikel Noval, responsable del área social y del gabinete de estudios del sindicato, mientras que en Gasteiz la consejera Arantza Tapia exponía los objetivo del Plan de Industria 2017-2020. Una vez más, se puso de manifiesto las grandes discrepancias que ambas partes mantienen en cuanto al diagnóstico de la situación socioeconómica y respecto a los mecanismos que hay que activar para salir de la crisis sin perder por el camino los servicios sociales de calidad ni los derechos laborales.

De entrada, ELA quiso dejar constancia de que el empleo «no ha crecido» durante el primer semestre de 2017 y que los puestos de trabajo que se han generado en este periodo son cada vez «más precarios» debido al aumento de la «temporalidad, los contratos a tiempo parcial y la disminución» de su duración. «El empleo miserable y precario es el que sostiene las estadísticas que hablan de crecimiento» en Euskal Herria, subrayó Muñoz durante la presentación del estudio elaborado por la Fundación Manu Robles-Arangiz.

Este análisis se apoya en los datos de la Seguridad Social del primer semestre de 2017. Comparado con el mismo periodo del año anterior, el empleo estimado en Hego Euskal Herria ha aumentado en 10.800 personas, pero la afiliación ha disminuido en 25.039. Observando la evolución de los primeros trimestres, el empleo sí ha crecido desde el mínimo marcado en 2014; desde 2009 hasta entonces no había dejado de disminuir.

Después de una amplia exposición, Muñoz señaló que los datos evidencian que la estrategia comunicativa del Gobierno de Urkullu en materia de empleo «tiene mucho de propaganda y poco de realidad». Así, afirmó que el descenso del paro está relacionado con «el maquillaje de las estadísticas», ya que lo único que se puede constatar es que «el nuevo trabajo generado en Euskadi arroja niveles desconocidos de empleo miserable».

En cuanto a la situación del sector industrial, Muñoz lamentó que la política del Gobierno de Lakua se centre en permitir a las empresas «hacer lo que les dé la gana» y en dar ayudas a compañías que después cierran las factorías. En su opinión, el Ejecutivo se ha visto «presionado para aparecer mediáticamente» ante la situación de crisis de algunas empresas.

Emakunde no recibe a las huelguistas de residencias de Bizkaia

Las trabajadoras de residencias de la tercera edad de Bizkaia que secundan la convocatoria realizada por ELA llevan más de 200 días de huelga, de forma discontinua, lo que «va despertando la curiosidad y la solidaridad de cada vez más gente», tal como señalaron ellas mismas ayer a través de un comunicado. «Pero, sorprendentemente, no hemos visto a ninguna representante del Instituto Vasco de la Mujer, Emakunde, en ningún acto, y ya van muchos, demasiados», añadieron, para preguntar a continuación: «¿Y Emakunde nos ha visto a nosotras? ¿O es que acaso somos invisibles también para vosotras?».

Desde hace meses, las huelguistas y los dirigentes de ELA insisten en que este conflicto laboral también ha derivado en un conflicto social, ya que consideran que tanto las patronales de las residencias como la Diputación de Bizkaia han adoptado una actitud inmovilista, precisamente, porque las plantillas están formadas por mujeres (son el 90% en este sector).

«Constatando la falta de apoyo de Emakunde», el colectivo de las trabajadoras en huelga solicitó expresamente una reunión con este organismo para explicarles de primera mano las razones de su lucha. «Izaskun Landaida, directora general de Emakunde, nos contestó por teléfono y la respuesta fue que su agenda está demasiado ocupada para atendernos en estos momentos», indicaron. GARA