Ala pareja autoral que forman Valerie Faris y Jonathan Dayton les ha costado encontrar un tema que estuviera a la altura del impacto conseguido con su ópera prima “Little Miss Sunshine” (2007). Por eso su segundo largometraje “Ruby Sparks” (2012) pasó un tanto desapercibido. A la tercera va la vencida, porque con “La batalla de sexos” han encontrado un reto a su medida, ya que han tenido que superar sus diferencias por razón de sexo para poder trabajar en equipo. Es esa estrecha colaboración la que les permite conocer qué es lo que ocurre cuando no hay entendimiento y hombres y mujeres rivalizan en público.

En 1973 tuvo lugar un histórico partido de tenis entre la jugadora número uno Billie Jean King y el veterano Bobby Riggs, que fue una estrella de las canchas entre la década de los 30 y la de los 40. Ella tenía 30 años y él 55, pero no se puede decir que ella se aprovechara de su juventud y mejor forma, puesto que fue el jugador quien retó a su adversaria de forma insistente y casi acosadora. A ella no le quedó otro remedio que terminar aceptando el desafío, ante la oportunidad de ser la primera mujer en derrotar a un hombre en una competición tenística.

Fue Bobby Riggs, como deportista en plena decadencia profesional y económica, el interesado en montar un circo mediático, al mostrar el perfil del empedernido machista que provocaba a su contrincante femenina con bromas de mal gusto. Tanto fue así, que a Billie Jean King también le pasó factura el prestarse a semejante juego sexista.

Las caracterizaciones de Emma Stone y Steve Carell son perfectas, siendo un calco de los personajes reales. Superan con mucho a las que en la pequeña pantalla habían hecho en 2001 Holly Hunter y Ron Silver. Sus dobles de tenis han sido Kaitlyn Christian y Vince Spadea, respectivamente.