Es curioso que en el momento en el que Rafael Vera regresa a la actualidad para hablar de los GAL, en Francia jóvenes de la extrema derecha hayan sido detenidos por organizar un grupo armado de nombre OAS, como la OAS de aquellos pies negros que quisieron evitar la independencia de Argelia y que tras fracasar en su intento se refugiaron en la España de Franco, donde fueron reclutados como mercenarios en la guerra sucia contra ETA, en el BVE y demás grupúsculos armados que actuaron a sueldo del Estado, como los GAL. Entre los detenidos, un joven de apenas 20 años ha confesado su intención de acabar con Christophe Castaner, antiguo alcalde de una localidad de la Alta Provenza y hoy secretario de Estado de relaciones con el Parlamento y máximo responsable del partido de Macron para las elecciones europeas de 2019. Fue precisamente en el marco de la Gran Marcha por Europa que Castaner se acercó hasta Irun, donde para su sorpresa le esperaban cientos de ferroviarios que cruzaron la frontera huelga en mano para reprocharle que la política gubernamental mira más por las necesidades de la banca que por la de los ciudadanos. Y sucedió a pocos metros del último atentado mortal de los GAL, esos sobre los que Vera sigue callando más de lo que habla. No hay guerras limpias, pero esta democracia es sucia. Y sin remedio.