Dice Gioconda Belli, escritora nicaragüense, que en «la historia cambian muchas cosas, pero los sentimientos humanos perduran en el tiempo. Nos mueve el amor, el odio, la pasión, la aspiración, la ambición...» Es el «lenguaje universal» de la literatura, del ser humano cuando intenta explicarse y buscarse a sí mismo en el mundo en que vive. Tengo sus poemas guardados en lugares de la memoria que no conozco, más allá de los libros que leo de vez en cuando y “La mujer habitada” continúa siendo, para mí, el libro recién descubierto en un tiempo de sueño revolucionario. Aún no he tenido tiempo de leer su última obra, “Rebeliones y Revelaciones” (Txalaparta 2018), y casi lo siento como una tardanza imperdonable. La actualidad política se traga todo lo que encuentra a su paso y apenas me ha dejado un resquicio para recuperar el silencio de la lectura y, así, reencontrarme con personajes que batallan por existir en medio de sentimientos que, según G. Belli, han movido y mueven el mundo. A veces echo de menos los momentos cortos en que se para el mundo y no pasa nada y una puede pensar y escribir sobre las cosas pequeñas que no contamos a tiempo, o las olvidamos sin darnos cuenta y, un día, al leer lo que alguien escribió, reaparecen reclamando su sitio y su nombre. Es lo que me ocurre con la obra de G. Belli, me invita a buscarme en el mundo que vivo.