La vida de Txabi Etxebarrieta fue una vida rápida, intensa en la acción y audaz en las ideas; un militante y teórico consecuente, un hombre clave en ETA y en la ideología que marcó el devenir de la lucha nacional y social en Euskal Herria y, también, un poeta existencialista que escribía sobre el amor, en definitiva, un revolucionario que supo entender su tiempo, que se comprometió y se enfrentó al futuro. Según afirman amigos que militaron con él y participaron en la V Asamblea, detrás de ese bagaje, existió un hombre vitalista y profundamente humano. J. M Eskubi, dirigente histórico de ETA, dijo que Txabi le recordaba al Capitán Tximista, personaje barojiano, enérgico y decidido, siempre en busca de lo extraordinario; Bilbao Barrena, Balduino, destacó su capacidad intelectual pero también su cercanía, el cariño con que se acercaba a los demás. Periko Solabarria me contó que la primera vez que habló con él le sorprendió el carisma de aquel estudiante que quería crear el frente obrero de ETA. Esta semana se le ha recordado porque hace 50 años, el 7 de junio de 1968, a los 23 años, murió tiroteado por la Guardia Civil en un control cercano a Tolosa. Cuando el lenguaje y las ideas que mueven las revoluciones es lo único que permanece en la historia, es el momento de descubrir quién fue el hombre o la mujer que, un día, se enamoró de la revolución.