Víctor ESQUIROL
«Le cahier noir»

El romanticismo errante

Valeria Sarmiento apareció en nuestras vidas, por última vez, el año pasado, y se lució con uno de los hallazgos de arqueología fílmica más prodigiosos de la Historia. Tal cual: una de las mejores películas de 2017 se rodó, en realidad, en 1990. Se titulaba “La telenovela errante”, y estaba dirigida por Raúl Ruiz, su difunto marido, que se fue sin haber podido terminar dicho proyecto.

El «Fin» no llegó hasta que Sarmiento no juntó todas las piezas, y el resultado, repito, fue prodigioso: una comedia llegada desde el pasado, pero de formas avanzadas a nuestros propios tiempos. El ayer invadió el hoy y nos hizo mirar al mañana.

Pues bien, la nueva película de esta directora siempre a caballo entre Chile y Portugal, pretende emular, aunque de otra manera, aquella pirueta temporal. “Le cahier noir”, que así se titula, nos lleva al crepúsculo del siglo XVIII, para asistir al amanecer del amor romántico.

Sarmiento adereza la crónica histórica a pequeña escala con intrigas amorosas. Una criada pierde el oremus por su señor, y el niño que este tiene que cuidar, suspira por el cariño de la primera. El enredo sirve como ventana –minúscula– a través de la cual poder observar un mundo que está experimentando cambios traumáticos.

La caída del antiguo régimen es plasmada con una paleta de colores saturados, en la que destacan los rojos y los marrones otoñales. Cromatismo pre-invernal que impregna la narración con un espíritu nostálgico. Ideas visuales con sentido; acertadas sobre el papel, pero desafortunadas en la pantalla. Ahí, asistimos incrédulos a más de hora y media de recreación siempre al borde de la teatralización más ridícula. El pasado se apodera, una vez más, del presente. Sarmiento y el cine (mal) envejecido, para hablarnos de algo tan superado como las dolencias del romanticismo. Bendita y maldita ironía.