GARA
ciudad de méxico

El cártel de Sinaloa se refuerza mientras el Chapo se sienta en el banquillo

Lejos del muy publicitado juicio contra Joaquín «Chapo» Guzmán Loera, que estaba previsto que arrancara ayer en Nueva York por tráfico de drogas, posesión de armas y lavado de dinero, en México se juega una partida de ajedrez entre el cartel de Sinaloa, un imperio criminal con tentáculos en las Américas, Asia y Europa, y su poderosísimo rival Jalisco Nueva Generación, que podría dar lugar a una alianza sin precedentes entre ambas organizaciones criminales.

Los ojos del mundo están puestos sobre el mayor proceso por narcotráfico en la historia de EEUU, que durante meses dilucidará si el Chapo Guzmán, de 61 años, cofundador del cártel de Sinaloa, «rey de la evasión» y considerado el capo más peligroso del mundo, es culpable del envío de 154 toneladas de cocaína a EEUU y es condenado a cadena perpetua. Pero su arresto no ha debilitado a su cártel, que podría lograr un golpe maestro en el tablero del narcotráfico internacional con una alianza con su rival, el poderoso cártel Jalisco Nueva Generación.

«La captura y extradición de Guzmán ha sido beneficiosa para la Justicia de México y EEUU, pero es más bien simbólica porque el cártel de Sinaloa sigue siendo el más poderoso del mundo» gracias al liderazgo del también cofundador Ismael «Mayo» Zambada, último capo veterano en México, dijo a AFP Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la DEA.

Si la extradición del Chapo debilitó en un principio a este cártel y abrió una guerra de sucesión, la DEA asegura en su último informe que nuevamente «conserva su dominio en EEUU», mientras que su rival, el cártel Jalisco Nueva Generación, «ha expandido significativamente su presencia en los últimos años» y le pisa los talones.

El Mayo Zambada ha impuesto sin esfuerzo su liderazgo sobre los «inmaduros» hijos del Chapo. «Nunca han trabajado y no saben cómo manejar este negocio», señala Raúl Benítez Manaut, investigador de la UNAM. En agosto de 2016, fueron secuestrados unos días por sus rivales cuando celebraban una fiesta en Puerto Vallarta, bastión de Jalisco Nueva Generación.

Si esta organización ha experimentado un ascenso meteórico en los últimos años, su líder, Nemesio «Mencho» Oseguera, enfrenta ahora una lucha interna fratricida. Su ex mano derecha Carlos Enrique «Cholo» Sánchez busca derrocarlo.

Sánchez ha forjado una asociación con el cártel de Sinaloa, que le apoya con dinero y sicarios, al que se reintegraría para sobrevivir en caso de imponerse, dicen los expertos. Sea cual sea el resultado de esa guerra, la ventaja es para el cártel de Sinaloa, que aprovechará la ocasión para conquistar territorios.

Historia familiar

Tras la batalla estratégica por el control del mercado de las drogas, hay una historia familiar.

La esposa del Chapo, Emma Coronel, una reina de belleza de 29 años, es sobrina de Ignacio Coronel, un astuto capo que hizo prosperar al imperio de Sinaloa en Jalisco. A su muerte en 2010, el Mencho, enemigo jurado del Chapo, usurpó su lugar.

El cártel de Sinaloa pretende aprovechar las debilidades estructurales de su rival: los métodos ultraviolentos, que provocan el acecho de las fuerzas federales, y su jerarquía piramidal, en la que el Mencho concentra todos los poderes. «El Mencho controla todo (...) Su captura sería un golpe duro» para su cártel, explica Vigil.

Por contra, «tiene una estructura horizontal, como un McDonalds», con subsidiarias independientes en más de 40 países que no se verían afectadas por el arresto del jefe de turno, sostiene Vigil. Y su nuevo líder, Zambada, tan tranquilo como discreto, goza de una fama de hombre de negocios con cabeza fría, «extremadamente inteligente y competente, que ha estado en el narcotráfico toda su vida y no ha pasado un solo día en una cárcel» gracias a que guarda un bajo perfil y nunca sale de la sierra», añade.

Desde su trono, Zambada sigue moviendo las fichas.