Estados Unidos ha decidido no prorrogar a partir del 2 de mayo la exención a la compra de petróleo iraní que permitía a China, India, Turquía, Japón Corea del Sur, Taiwán, Italia y Grecia continuar abasteciéndose de crudo persa, a pesar de las sanciones a Teherán, establecidas tras la ruptura unilateral por parte de la Administración estadounidense del acuerdo nuclear iraní. La exención de seis meses se estableció para evitar que una cancelación abrupta de las compras desestabilizara el mercado mundial. Tras conocerse la decisión de Estados Unidos, el ministro saudí de Energía, Khaled al-Falih, dijo que su país estaba listo para «estabilizar» el mercado.

Hace dos semanas fue la inclusión de los Guardianes de la Revolución en la lista de «organizaciones terroristas». EEUU ha activado la campaña de «máxima presión» con el objetivo de poner fin a las «actividades desestabilizadoras» de Irán. Un fin que nada tiene que ver con el programa nuclear ni con los esfuerzos para evitar la proliferación de armas nucleares.