Mikel Urrutikoetxea compareció en sala de prensa con media sonrisa. La misma que se dibujó en su rostro un par de veces más. Escondía su dolor con profesionalidad. Con respuestas que por momentos parecían la previa a la final, que el minuto después a la derrota. «No me consuela que haya sido una gran final que se ha decidido por detalles pequeños. Una pena no ganar», era su primera reflexión. E insistía en ese mismo mensaje, lamentando haberse quedado tan cerca de la txapela y a la vez satisfecho por haber brindado un buen espectáculo a los aficionados. «Sí, he hecho un buen partido, pero no me vale de nada. Me voy como subcampeón a casa por dos tantos. Pero esto sigue, es un deporte y uno tenía que ganar. Una final que todos queremos jugar, pero me quedo con los últimos años y la carrera que llevo, porque se trata de mantenerse todo el año arriba, mantenerte durante años... Es una derrota que me duele pero hay que seguir. Esto es largo».

El de Zaratamo ahondó en esas sensaciones encontradas tras perder la final Manomanista. «Las sensaciones no muy buenas ahora, pero contento con el partido, que se ha decidido por pequeños detalles, cualquiera podía ganar porque ha estado bastante igualado, él ha conseguido darle la vuelta a base de jugar bien, e insisto en que el partido ha estado igualado desde el primer tanto, cada uno con su juego». Dicho lo cual, Urrutikoetxea volvió a repetir lo dicho: «Te quedas con mucha pena porque se ha decidido por muy pequeños detalles y uno tiene que ganar». No obstante, defendió que «seguro que he hecho cosas buenas, aunque otras no». Mikel recordó que «hace un año lo estaba pasando mal, no sabía cuándo volvería a jugar, y estar en una final ya era especial, contento». Sensaciones encontradas y cierta resignación.