«Hemos decidido establecer un impuesto ecológico en todos los vuelos desde Francia», manifestó Elisabeth Borne, ministra de Transportes, durante la comparecencia ante la prensa en la que anunció la ecotasa para los billetes de avión que entrará en vigor a partir del próximo año.

Detalló que el impuesto se introducirá de forma gradual y que encarecerá aproximadamente 1,5 euros el billete de clase económica en vuelos interiores o en la Unión Europea; 9 euros en clase ejecutiva y hasta 18 euros en clase business para vuelos fuera del bloque comunitario. No se aplicará en vuelos de tránsito, ni en los que se dirijan a Corsica ni a los departamentos de ultramar.

El Gobierno de Emmanuel Macron espera recaudar con este impuesto 182 millones de euros al año, que servirán para invertir en infraestructuras de transporte más ecológico, sobre todo ferroviarias, según precisó la ministra Borne.

En ese objetivo de transporte más ecológico se enmarcaba la propuesta de supresión de vuelos interiores para los que existía la alternativa del enlace ferroviario. La propuesta fue rechazada en mayo pasado en una sesión parlamentaria.

Tras el anuncio de la ecotasa, las acciones del grupo franco-holandés Air France KLM cayeron un 5% en la Bolsa de París.

Fiscalidad energética

El Ejecutivo galo quiere que la nueva Comisión Europea presione para poner fin a las exenciones fiscales globales para el combustible de avión para reducir las emisiones de CO2, una decisión que se vincula a los intentos de Países Bajos para convencer a otros estados europeos de que impongan más impuestos a los viajes en avión.

La Comisión Europea indicó en mayo que está evaluando las normas europeas actuales sobre fiscalidad energética, que considera desfasada, con el objetivo de dilucidar si hay margen para emprender políticas «más favorables al medio ambiente» en el futuro, pero ha evitado confirmar si dentro de esta estrategia está examinando la posibilidad de proponer un impuesto al sector de la aviación.

Bélgica y Países Bajos reclaman desde hace meses la creación de ese impuesto ante sus socios comunitarios.

Emergencia climática

Paralelamente al anuncio de la ecotasa de la ministra Elisabeth Borne, el Ayuntamiento de París se declaró en «emergencia climática», al igual que lo han hecho numerosas ciudades del mundo y el Parlamento británico más recientemente.

«Es necesario cumplir los objetivos del acuerdo de París de diciembre de 2015», declaró Célia Blauel, asistenta de Medio Ambiente de la alcaldesa de la capital gala, Anne Hidalgo.

Se acordó, además, la creación de una Academia del Clima, un espacio participativo y educativo gratuito, para «capacitar y educar sobre cuestiones ambientales a lo largo de la escolarización». Posibilitará también «el desarrollo de proyectos ambientales».

París contará con un grupo de climatólogos, planificadores urbanos y sociólogos que podrán ser consultados y «ocupar un lugar importante en la implementación de políticas climáticas», explicó Blauel.