Iñigo Jaca Arrizabalaga y Xabier Zarandona Zubero
Médicos
GAURKOA

Osakidetza digital

En la última comparecencia ante la prensa, el nuevo director general de Osakidetza agradece a los usuarios por haber disminuido la afluencia a las urgencias hospitalarias, expresando su satisfacción porque este tipo de asistencias se han desplazado a los PAC (urgencia extrahospitalaria). Siendo esta una noticia positiva para la buena ordenación de la asistencia sanitaria, durante este mismo verano hemos leído en la prensa que en el PAC de Gamonal de Burgos, debido a la imposibilidad de contratar médicos para atender a los enfermos, han decidido suplir esta carencia «empoderando» al personal de enfermería, dándoles un apoyo telemático de médicos desde otro centro de salud.

La falta de médicos durante los últimos años se ve agravada por la actual fuga de los mismos. En un conocido medio español se publicaba que un 30% de los médicos jóvenes que finalizan el MIR van a trabajar a otros países de Europa (Reino Unido, Francia, países nórdicos...). Según la Organización Médica Colegial durante el primer semestre de 2019 se han expedido en todo el país un total de 1.671 certificados de idoneidad para trabajar en el extranjero, un 20% más que en el mismo periodo del año anterior.

Mientras la fuga de jóvenes médicos no para de crecer, las comunidades autónomas han apostado por no competir por los médicos de familia haciendo que las oposiciones coincidan en las fechas en las diferentes comunidades autónomas. Sin duda las condiciones laborales que ofrecen a estos médicos están también en crisis, en un sistema de escasa oferta y elevada demanda. Sin embargo, partidos políticos y comunidades autónomas han decidido que la precariedad y la contención salarial deben continuar en este sector.

Los pacientes crónicos también se ven perjudicados por la excesiva rotación de médicos debido a la precariedad y falta de profesionales. El sistema empieza a ofrecer la atención por enfermera cuando la espera para atención por el médico de cupo es prolongada, trasladando la función del triaje a las administrativas. Sorprende que una administrativa pregunte al paciente «qué es lo que le pasa» o «cuál es su dolencia», cuando solicita consulta con el médico. Esta pregunta, sin duda, vulnera el derecho fundamental a la intimidad o al de la confidencialidad de los pacientes, pero en el oasis vasco todo es posible.

Algunos de los jóvenes médicos que acudan al Reino Unido a trabajar seguramente se encontraran con una situación laboral similar. Y es que la precariedad, también es una realidad en el Reino Unido, según se puede leer en diferentes revistas científicas. La inversión en porcentaje de PIB que se dedica a la sanidad pública alcanza el 7% en Reino Unido. En el Estado español la inversión pública es en torno al 6% habiendo descendido casi 1 punto durante la última década. Euskadi dedica el 8,7% del PIB al gasto corriente en salud, pero de él la inversión pública en salud es el equivalente 6,1 % de nuestro PIB.

Los médicos del Reino Unido demandan mayores inversiones en infraestructuras tecnológicas para la sanidad pública. Los médicos en Euskal Herria no demandan aparentemente nada en este sentido. En el Reino Unido desde hace varios años ha sido posible hacer consultas virtuales con otro médico de familia mediante una aplicación de la compañía privada Babylon, en una zona determinada. El sistema Babylon consiste en que tras haberte dado de baja de tu médico de cabecera y por tanto no cobrar él por tu TIS, puedes recurrir a un sistema de triaje informático que terminará por darte una consulta mediante videoconferencia con un medico, cada vez uno distinto.

Desde el 10 de julio de este año el Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido, ha contratado a la entidad privada Amazon, entregándole la atención sanitaria virtual con asistencia telefónica de los pacientes del NHS mediante robot con acceso a la historia clínica, mientras los médicos de atención primaria se quejan de que el NHS no invierta para el desarrollo de estas infraestructuras tecnológicas en su red pública. David Oliver, vicepresidente del Real Colegio de Médicos declaró que existen enormes oportunidades empresariales, mientras las empresas farmacéuticas y tecnológicas merodean el NHS, esta vende sus archivos y datos, permitiendo a entidades de mercado que los exploten y hagan negocio.

Según un artículo de Paul Webster publicado en “Digital Health”, es un fenómeno que está ocurriendo en países con sistemas de cobertura sanitaria pública gratuita. Como en Brasil, Canadá o la en administración de veteranos de USA que se financia con fondos públicos. La introducción de estas tecnologías digitales está facilitando la progresiva privatización de los sistemas de salud. La agencia IFC, dependiente del Banco Mundial, apoya la comercialización de esta tecnología digital sanitaria, financiando con 4,3 billones de dólares más de 200 proyectos. Esta tecnología promete mejorar la eficiencia de los sistemas de salud, pero el problema que ve el autor es que estas tecnologías han sido diseñadas con una visión mercantilista de la atención sanitaria.

En Osakidetza y Osasunbidea también se están fomentado este tipo de consultas virtuales, con las llamadas consultas no presenciales, mediante una tecnología más rudimentaria, la consulta telefónica. ¿Será Osakidetza capaz de afrontar estos retos tecnológicos, sin aumentar la inversión pública dedicada a salud? O la entrega a empresas privadas como Babylon o Amazon, a cambio de utilizar y «explotar» los datos confidenciales de los pacientes vascos, que con tanto ahínco se obliga a introducir en la red a los médicos de la sanidad pública vasca, ¿será nuestro futuro? ¿Pedirán autorización a los pacientes vascos para que empresas e intereses privados exploten sus datos?

Y finalmente queremos dirigirnos a la enfermería con esta reflexión: cuándo os citan a las enfermeras pacientes que han solicitado consulta con el médico, ¿podéis decirnos qué funciones propias de la enfermería tenéis que dejar de hacer para atenderlos? Pues no creemos que hasta ahora hayáis estado ociosas o de floreros. Sería lamentable que los pacientes se quedasen privados de los cuidados propios de la enfermería porque algunas estén dispuestas a jugar a médicos. ¿Es que se sienten capacitadas para atender a pacientes que demandan ser atendidos, y tienen derecho a ello, por médicos que para llegar a su nombramiento o contrato han tenido que seguir diez años de formación?

A un paciente al que, para consulta con su médico, le proponían una espera de dos semanas, y si aceptaba la consulta de enfermera se reducía a tres días de espera, le surgió la idea de que le dejasen ir a la consulta de un farmacéutico, pues este al menos tiene un gran conocimiento de los efectos de los medicamentos. Al final los pacientes, en este país, tendrán que informarse y preocuparse más del funcionamiento de la sanidad pública, pues esa arcadia feliz de que somos los mejores y «en otro sitios es peor» empieza a producirnos sonrojo.