El mismo día que el estado australiano de Nueva Gales del Sur anunciaba la instalación de cámaras programadas para detectar el uso del teléfono móvil mientras se conduce, convirtiéndose así en el primer territorio del mundo en valerse de la tecnología contra esta infracción vial, un estudio pionero llevado a cabo en el Estado español cuantificaba en un 20% el volumen de las muertes al volante producidas como causa principal por el uso de móvil, 390 al año. Pese a las campañas de alerta, la mitad de los conductores –unos 13 millones en el Estado– confiesa que lo hace, el 37% que chatea, hasta 600.000 dicen que son incapaces de dejar de mirarlo y ¡el 7% reconoce haberse hecho selfies! Se trata de los datos más llamativos del un estudio elaborado por la Fundación Línea Directa, en colaboración con el Instituto de Investigación de Seguridad Vial de la Universidad de Valencia, con respuestas de más de 1.700 conductores. Del análisis de los accidentes, se estima que en el conjunto del Estado casi 8.000 al año están motivados por una distracción con el móvil.