GARA
Sao Bernardo do Campo

Lula avisa a Bolsonaro que ha vuelto para luchar por Brasil

Un día después de salir de prisión, Luiz Inácio Lula da Silva avisó al ultraderechista presidente Jair Bolsonaro, cuyas política neoliberales denunció, que está «de vuelta» y «en la lucha» por Brasil.

Miles de personas vestidas de rojo, los colores del Partido de los Trabajadores (PT), la cúpula de su formación política, dirigentes de otras fuerzas políticas progresistas y diversos movimientos sociales se congregaron para escuchar al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, excarcelado el viernes, frente a la sede del sindicato metalúrgico de Sao Bernardo do Campo, donde pronunció su último discurso antes de entregarse a la Justicia el 7 de abril de 2018. Allí avisó al ultraderechista mandatario, Jair Bolsonaro, que ha vuelto para luchar por Brasil.

«Ellos no saben las ganas que tengo de pelear por este país y por sus trabajadores», dijo Lula, de 74 años, que cumplía en Curitiba una pena de 8 años y 10 meses por corrupción pasiva y lavado de dinero y fue liberado después que el Supremo Tribunal Federal (STF) prohibiera encarcelar a condenados mientras no agoten todos los recursos.

Al salir de prisión arremetió contra las políticas neoliberales del Gobierno de Bolsonaro y afirmó que volverá de lleno a la actividad política. En un vídeo colgado ayer en Twitter, se mostró decidido a «ayudar a liberar a Brasil de esta locura que está ocurriendo».

Lo mismo declaró en otra grabación enviada al Grupo de Puebla, que agrupa a políticos latinoamericanos progresistas y está reunido en Buenos Aires. «Estando libre (…) tengo un objetivo en la idea de construir una integración latinoamericana muy fuerte, aún continúo con el sueño de construir nuestra gran Latinoamérica», afirmó.

Frente a miles de seguidores, fue más directo y afirmó que volverá «a andar por todo Brasil, porque no es posible que vivamos en un país en que los ricos se ponen más ricos y los pobres son siempre más pobres», lo que atribuyó al ministro de Economía, Paulo Guedes, a quien calificó de «destructor de sueños». Atacó las políticas económicas de Bolsonaro y su impacto sobre los más necesitados y aseguró que se propone recorrer el país con un triple objetivo: recordar que ya probó que «es posible gobernar para el pueblo más necesitado, llevar a los pobres a las universidades y generar empleo y prosperidad»; revitalizar al PT y movilizar a sus bases de cara a los comicios municipales de octubre de 2020, y reorganizar a la fragmentada oposición de izquierda.

También se dijo «seguro» de que, en 2022, cuando se celebren las próximas elecciones presidenciales, «la llamada izquierda a la que Bolsonaro le tiene tanto miedo va a derrotar a la ultraderecha que hoy está gobernando».

Lula también admitió que tiene varias causas pendientes en la Justicia, pero sostuvo que no son más que «una mentira tras otra». Y declaró que, en abril de 2018, optó por ir a la cárcel tras ser condenado «injustamente» en vez de elegir el exilio, porque precisaba «probar la mentira» en su contra y que Sergio Moro (hoy ministro de Justicia que le condenó en su momento) no era un juez, sino un canalla».

Bolsonaro, que se mantuvo callado el viernes, pidió ayer a la derecha que se ponga en orden de batalla. «Amantes de la libertad y del bien, somos mayoría. No podemos cometer errores. Sin norte ni mando, hasta la mejor tropa dispara para todas partes, inclusive contra los amigos. No den munición al canalla, que momentáneamente está libre, pero con todos sus crímenes sobre la espalda», tuiteó.

La organización Vem Pra Rua (VPR), muy activa en las movilizaciones que en 2016 condujeron a la destitución de Dilma Rousseff, realizó ayer a marchas en distintos el país para denunciar la decisión del STF.