Raimundo Fitero
DE REOJO

Falsa alarma

Cuando las autoridades españolas advierten de la amenaza de un ataque terrorista inminente, es casi imposible no entrar en estado de hiperventilación neurótica. Si además se trata de una muestra de la insuficiencia neuronal de algunos departamentos diciendo que se producirá en las próximas horas en Tinduf, territorio saharaui, la cosa entra en los anales de intoxicación interesada con ribetes de autoproclamación de idiocia congénita arraigada. La mala conciencia de los gobernantes españoles desde el abandono de los cobardes militares franquistas del Sáhara hasta estos días, toda la relación con este pueblo ha sido tutelada y chantajeada por el reino alauita de Marruecos. Esos dictadores a los que el rey campechano llamaba hermano a uno, y el rey preparado visita con una reverencia casi de súbdito al actual sátrapa.

Por lo tanto, que Margarita Robles, la biministra de Defensa y Exteriores salga por algunos medios pidiendo a los colaboradores voluntarios vascos, catalanes, españoles, que no acudan este fin de semana largo a ayudar, a llevar ropas, comidas, repartir agua potable en los campamentos de refugiados de Tinduf es una auténtica actitud miserable. Una amenaza de un supuesto atentado del ISIS creada para impedir esos flujos solidarios de miles de cooperantes que suplen la traición del Gobierno español, para dejar todavía más desamparados a los saharauis. Suena a algo premeditadamente preparado para causar efectos de bloqueo. Si sucede, se tendrá que ver quiénes son los ejecutores, que pueden ser tranquilamente comandos que actúen con la bandera yihadista, aunque estén controlados por los servicios secretos marroquíes, y si no sucede, el gobierno español se queda tan contento con esta falsa alarma servicial. La amistad entre los dos reinos y sus monarquías crecerá, pero la miseria moral, también.