El Gobierno de Lakua, a través de Euskal Trenbide Sarea (ETS), ha sacado a licitación las obras de la estación del TAV en Donostia. Los trabajos cuentan con un presupuesto de 97 millones de euros y un pazo de ejecución de 42 meses, por lo que se estima que concluirán en 2023.

La consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, dio a conocer los detalles del proyecto, cuyas obras se prevé que comiencen en abril, en una comparecencia en la que estuvo acompañada por el alcalde de Donostia, Eneko Goia, y el delegado del Gobierno español en la CAV, Jesús Loza.

La nueva estación de Atotxa será, por tanto, la primera de las tres terminales de la “Y vasca” que se construirán en las capitales –las de Bilbo y Gasteiz, que serán soterradas, no se han licitado todavía–, tras una inversión total que, sin embargo, ascenderá a 101,5 millones si se tiene en cuenta la reposición de los servicios afectados y el 1,5% destinado a trabajos de conservación del patrimonio.

Detallaron que la nueva estación se integra en la arquitectura actual de la Estación del Norte y el entorno de Tabakalera, a la vez que, afirmaron, impulsará la conexión entre diferentes cercanías, TAV y autobuses.

Nuevo edificio

El proyecto, firmado por la UTE Eptisa Cinsa-Jon Montero, contempla la reconstrucción del edificio actual de la estación, que mantiene la fachada y suma dos nuevas plantas, y la remodelación de la playa de vías para funcionar con dos andenes para cercanías de tres hilos y tres andenes para larga distancia y alta velocidad.

Además, el proyecto prevé construir sobre estas vías una gran plaza, cuya cota de pavimento coincidirá con la de la primera planta de Tabakalera, con la que tendrá acceso directo. La plaza, de 6.000 metros cuadrados, hará las veces de cobertura de los andenes y tendrá en un lateral una plataforma ligeramente inclinada a modo de anfiteatro para acoger eventos.

La estación incluirá vestíbulos inferiores de cercanías y largo recorrido a los que se podrá acceder también desde el pasadizo de Egia, que será mejorado.

El proyecto recoge además dos aspectos condicionados por la propia normativa municipal como es la conservación de la actual marquesina, obra del ingeniero francés Jean Biarez, colaborador de Alexandre Gustave Eiffel y, de la columnata enfrentada con el puente de María Cristina, conocida como «Puerta de Brandemburgo».