Ibai AZPARREN

TRES VOCES DIVERGENTES CONTRA UNA SENTENCIA INFUNDADA

LA PLATAFORMA DEMOKRAZIA BAI REUNIÓ AYER EN EL KURSAAL DONOSTIARRA A TRES PROTAGONISTAS PARA ANALIZAR LA URGENCIA DEMOCRÁTICA TRAS LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO CONTRA LOS LÍDERES INDEPENDENTISTAS CATALANES: LAURA MASVIDAL, IÑIGO IRUIN Y JUAN JOSÉ IBARRETXE.

«Plazer bat Euskal Herrian egotea». Con estas palabras en euskara abrió su intervención y la conferencia “Democracia y sentencia contra el Procés” Laura Masvidal, esposa del exconseller preso en Lledoners Joaquim Forn. Organizada por la plataforma Demokrazia Bai, Masvidal tomó asiento junto a Juan José Ibarretxe, lehendakari de la CAV entre 1998 y 2009 y muy implicado con la causa catalana, e Iñigo Iruin, abogado especializado en causas penales con amplia trayectoria en procesos políticos y que ha seguido de cerca este caso.

Masvidal esperaba estar en Barcelona, en las protestas organizadas por Tsunami Democràtic para el encuentro que ayer disputaron el FC Barcelona y Real Madrid: «Estoy aquí por la solidaridad que ha demostrado este pueblo hacia la causa catalana. No podía faltar».

En la mesa redonda, moderada por las periodistas Irati Sarasua y Elixabete Garmendia, Masvidal destacó que la sentencia demuestra «la derrota del Estado» y que ha abierto, a su vez, costuras en lo que decían que era un Estado de derecho. Así, auguró que el fallo del Tribunal Supremo «no va a servir para nada» porque «la gente sigue movilizada y con el compromiso de sentirse ciudadana y no súbdito». Dejó claro, de esta manera, la postura inamovible de la sociedad catalana: «Ya no va de independentismo, la gente se ha sumado a la causa para hacer un país de derechos y no hay marcha atrás».

Desde un perspectiva jurídica, Iruin analizó la sentencia y, aunque ahondó en el Estatut, remarcó que la movilización masiva y la resistencia pasiva han sido los elementos que cambiaron las reglas del juego entre el 9N y el 1-O, ya que el 9N se condensó con desobediencia y el 1-O, en cambio, con sedición.

En opinión de Iruin, el delito de sedición es «anacrónico, ha desparecido de los sistemas penales europeos». En este sentido, criticó que el Tribunal Supremo hiciera una «interpre- tación extensiva» del mismo para aproximarlo al delito de sedición impropia, que no exige violencia, que fue eliminado en 1995 y cuyo origen se encuentra en la Ley de Seguridad del Estado de 1941. Por tanto, para el abogado, esto supone que el Estado ha implantado la base para que «no haga falta violencia para la sedición» y, a su ve, ha puesto «los límites penales por delante de los derechos fundamentales como la libertad de expresión o de reunión».

Ibarretxe, por su parte, subrayó la hermandad de las causas catalana y vasca y, parafraseando al lehendakari José Antonio Agirre, remarcó que «Euskadi siente más que nadie las ansiedades de Catalunya».

Así, puso el termómetro a la relación entre los dos pueblos y subrayó, a su juicio, un error histórico: «Hemos negociado en dos mesas. Tanto en Catalunya como en Euskal Herria, los acuerdos de gobernabilidad y los acuerdos de país deben ir juntos, no separados como ahora. Ahora mismo no estamos en la agenda, pero debemos estar».