El Parlamento Europeo formado a partir de las elecciones del pasado junio cuenta ya con un renovado Friendship. Casi quince años después de su puesta en marcha, en esta legislatura el intergrupo de apoyo a la resolución del conflicto vasco contará con 21 miembros de cinco grupos diferentes, lo que «nos da la fuerza y pluralidad suficiente para desarrollar nuestro trabajo de manera eficiente».

Y el primer exponente ha sido la misiva remitida al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y también al del Parlamento Europeo, David Sassoli. Está dedicada exclusivamente a la «situación excepcional que aún padecen los prisioneros vascos», que se traduce en datos concretos como que hoy día la gran mayoría, 184, «se encuentran a entre 250 y 1.110 kilómetros de su hogar, castigando a sus familiares y evitando una correcta inclusión social como resultado».

Tras recordarle la resolución del Parlamento Europeo del 5 de octubre de 2017 en la que se condenan las políticas de alejamiento, Friendship hace ver a Sánchez que «cambiar la política penitenciaria es más necesario que nunca para la reconciliación y una paz justa y duradera en el País Vasco».

«Asimismo, es urgente dar una solución satisfactoria a los presos que padecen enfermedades muy graves e incurables. Hoy en día son 19 los que se encuentran en esta situación. El Gobierno español debe hacer cumplir la ley actual y explorar la liberación humanitaria».

La carta concluye recordando «el amplio respaldo de la sociedad vasca» a estas demandas: «Lo pudimos comprobar el 11 de enero en las dos grandes manifestaciones de Bilbao y Baiona», apuntan los eurodiputados firmantes, entre los que están el president catalán en el exilio Carles Puigdemont o Miguel Urbán (Podemos), además de los miembros de Friendship, hasta un total de 38 por el momento.

Nueva composición

En la comparecencia en que se informó de la carta remitida a Sánchez y Sassoli, se anunció, además, la nueva composición de Friendship, al que dan su respaldo por el momento el corso François Alfonsi, la irlandesa Martina Anderson, el italiano Fabio Massimo, los catalanes Antoni Comín o Diana Riba, la galesa Jill Evans, la portuguesa Marisa Matias, el griego Dimitrios Papadimoulis, la letona Tatjana Zdanoka, obviamente el vasco Pernando Barrena... así hasta 21 nombres.

Pertenecen a cinco grupos del Europarlamento: el socialdemócrata S&D, los Verdes-EFA, GUE/NGL, ECR y no inscritos.

En nombre de todos ellos, el eurodiputado Nikolaj Villumsen (danés) explicó que «si tomamos como referencia la situación en el País Vasco cuando se creó el grupo y la situación actual, está claro que en los últimos años el proceso de resolución de conflictos en el País Vasco ha progresado muy positivamente».

Tras subrayar la disolución de la organización ETA en mayo de 2018 «como un paso esencial y crucial», recordó Friendship que «el conflicto vasco es el último de este tipo que permanece sin resolver dentro de las fronteras de la Unión Europea. Las instituciones de la UE pueden y deben apoyar este proceso. Sin embargo, la UE aún no ha promovido, acompañado o asistido el proceso de resolución de manera efectiva tal y como se esperaba», lamentó.

«Es por eso que el grupo todavía tiene las mismas razones y motivaciones para continuar con su trabajo», añadió Friendship, que anunció que hará hincapié en la situación de los presos como tema que «sigue sin resolverse». Y más teniendo en cuenta que la resolución del Parlamento Europeo del 5 de octubre de 2017 «condena la política de dispersión de prisiones aplicada por algunos estados miembros» e «insta a que se adopten medidas para permitir que todos los prisioneros detenidos lejos de sus hogares sean trasladados más cerca».