El estudio ha tenido un enfoque tecnológico y científico con el fin de proporcionar nuevas herramientas a las empresas pesqueras para optimizar la actividad de pesca en el marco de la regulación europea de cara a eliminar los descartes en las pesquerías. Desde su comienzo, en febrero de 2019, el proyecto Mendes 2 contempló una estrecha colaboración con el sector pesquero, con el fin de que los resultados pudieran ser aplicados con la mayor rapidez posible. El trabajo se ha focalizado principalmente en jurel, merluza, gallos, bacaladilla y caballa, que son las especies más afectadas por la conocida como Obligación de Desembarque (OD) y ha incluido pruebas en las modalidades de arrastre más practicadas. El estudio señala que el uso de los citados dispositivos selectivos tiene también un impacto económico para las pesqueras, ya que «supone la desaparición del coste asociado a la manipulación a bordo y a la gestión de capturas no deseadas en los puertos, así como un mejor aprovechamiento de las cuotas de pesca de las especies sujetas a la OD».