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Turquía accede a patrullar Idleb con Rusia, pero no retira armas pesadas

Turquí accedió ayer a patrullar conjuntamente a con Rusia a partir de mañana a lo largo de la zona de seguridad humanitaria establecida en la estratégica carretera M4, en la provincia de Idleb, pero se negó a retirar su armamento pesado. No obstante, constató avances para cerrar los últimos flecos del acuerdo alto el fuego firmado la pasada semana para poner fin ala escalada de las hostilidades entre Ankara y Damasco.

Turquía y Rusia firmaron ayer un acuerdo para coordinar patrullas conjuntas en la provincia de Idleb, en el noroeste de Siria, donde un frágil alto el fuego ha puesto fin, por el momento, a semanas de escalada de la violencia. Pero Ankara se niega a retirar sus armas pesadas a pesar de constatar avances en las negociaciones con Moscú para cerrar los flecos pendientes en el acuerdo de alto el fuego.

Después de cuatro días de conversaciones entre militares rusos y turcos en Ankara, el ministro turco de Defensa, Hulusi Akar, anunció que ambas partes habían firmado un documento que confirmaba que las patrullas conjuntas comenzarán mañana en una carretera estratégica en Idleb, la M4. «Abriremos centros de coordinación y lideraremos conjuntamente este proceso», señaló Akar, citado por la agencia estatal de noticias Anadolu.

Añadió, no obstante, que los militares turcos no solo se disponían a mantener posiciones en Idlib, sino que mostraron su total preparación para reiniciar las operaciones en el caso de que el alto el fuego fracase.

Según el comunicado emitido por el Ministerio turco de Defensa unas horas después y recogido por la agencia rusa Sputnik, «nuestros puestos de observación en Idlib seguirán funcionando, no se aborda la retirada de las armas pesadas».

La semana pasada, Ankara y Moscú alcanzaron un acuerdo de alto el fuego para poner fin a semanas de escalada de las hostilidades, que alcanzó su punto máximo con enfrentamientos entre soldados turcos y sirios en Idleb.

Turquía apoya a los grupos rebeldes islamistas en Siria y Rusia respalda al presidente sirio, Bashar al-Assad, pero ambos países han estado cooperando durante varios años en la cuestión siria.

El frágil alto el fuego que entró en vigor el 6 de marzo ha restaurado una aparente calma en la provincia de Idleb, escenario durante los últimos meses de intensos bombardeos y combates.

Aumento de las hostilidades

Las hostilidades en la provincia siria de Idleb, que han provocado un desastre humanitario y un éxodo de desplazados sin precedentes desde 2011, se agravaron a finales de febrero pasado, cuando el grupo yihadista Hayat Tahrir al-Sham lanzó una serie de ataques masivos, a los que el Ejército sirio respondió con un bombardeo aéreo, que alcanzó a las posiciones turcas en la región.

Turquía respondió a los ataques del Ejército sirio con una operación de represalia, bautizada como Escudo de Primavera, y, tras alegar que no puede acoger nuevos desplazados, permitió a los refugiados y migrantes que ya se encuentran en su territorio cruzar libremente hacia dos países de la Unión Europea (UE), Grecia y Bulgaria.

Con la apertura de sus fronteras hacia Europa Ankara busca presionar para lograr el apoyo del bloque comunitario y de la OTAN –de la que es socio– para su presencia militar en Siria, y al mismo tiempo obligar a Bruselas a abrir nuevos capítulos de la negociación de adhesión de Turquía a la UE.

«Mantendremos las condiciones actuales en nuestras fronteras hasta que se abran nuevos capítulos (de adhesión a la UE), como la libertad de movimiento, se actualicen los tratados de aduanas y la asistencia financiera», explicó el miércoles su presidente, Recep Tayyip Erdogan.

Seis muertos en represalias de EEUU en Irak

Cinco militares iraquíes y un civil murieron ayer en varios bombardeos de represalia lanzados por EEUU en Irak, aumentando la tensión en un país donde se intensifican los ataques contra objetivos estadounidenses. El ministerio iraquí de Exteriores convocó a los embajadores de EEUU y Reino Unido.

De madrugada, en la provincia de Babilonia aviones estadounidenses bombardearon lo que Washington presentó como cinco depósitos de armas de las Brigadas de Hizbullah, las milicias chiíes proiraníes de Irak, para «reducir su capacidad de llevar a cabo ataques» contra las fuerzas de la coalición internacional.

El miércoles, en un ataque contra la base militar de Taji murieron dos soldados y un mercenario de EEUU y un militar británico. Nadie lo reivindicó, pero Washington apuntó a las milicias proiraníes. Horas después, 26 milicianos perdían la vida en un bombardeo de una base en la región siria de Al-Bou Kamal, cerca de la frontera Irak, un ataque que se atribuyó a EEUU pero que al parecer fue perpetrado por Israel. La represalia estadounidense llegó ayer.GARA