El Ibex rebotó ayer con fuerza al anotarse un 7,82%, su mejor balance diario desde 2010, para alcanzar los 6.717,30 puntos. Los inversores tomaron oxígeno gracias a las últimas medidas de los bancos centrales, que han puesto toda la carne en el asador para dar la vuelta a la situación. Además, resultó satisfactorio para los mercados conocer el levantamiento del cierre en Wuhan, epicentro del Covid-19, que tiene previsto terminar el 8 de abril con la cuarentena. Este rayo de esperanza mitigaba, al menos parcialmente, el impacto negativo de los últimos recuentos al alza de contagiados y fallecidos en Europa.

Por otro lado, los inversores constataron lo que ya sabían: el daño económico de la pandemia es elevado, como demostraron ayer los índices compuestos preliminares PMI, que evalúan conjuntamente la actividad manufacturera y de servicios. En marzo, la zona euro y EEUU sufren sus mayores caídas desde 1998, primer año de su elaboración.

Las bolsas europeas cerraron también con fuertes rebotes: París recuperó un 8,39%; Fráncfort, un 10,98%; Londres, un 9,05%, y Milán, un 8,93%. En Nueva York, los inversores pasaban asimismo por encima del esperado desplome económico. Una hora después de terminarse las sesiones en Europa, el Dow Jones y el S&P 500 ganaban más de un 7%, mientras que el Nasdaq Composite avanzaba por encima del 5%.

En el Ibex, día de alivio general. Las mayores subidas porcentuales eran para Meliá (+25,97%), ArcelorMittal (+18,28%) y Repsol (+15,68%). Un grupo de ocho valores, entre los que estaban Inditex, Santander, BBVA y Siemens Gamesa, saltaron más de un 10%. También respiró, por fin, IAG, que recuperaba un 8,37% en medio de informaciones sobre una posible desintegración del grupo de aerolíneas.