.Ane RUIZ DE OTXOA
LIBROS PARA UNA CUARENTENA

De África al mundo

Desde que Joseph Conrad escribiera “El corazón de las tinieblas” y Adam Hochschild firmara “El Fantasma del rey Leopoldo”, el Congo evoca miseria moral y física, ríos cenagosos, malaria y el olor pútrido de la selva. Lejos de los estereotipos y con una profundidad y anchura de conocimientos difíciles de igualar el investigador belga David Van Reybrouck es el autor de “Congo”, acertadamente subtitulado “Una historia épica”. Sus 640 páginas, a las que se añaden otras cien de notas, se leen como si fuera un thriller. El autor recoge una frase del ruso belga Vladímir Drachoussoff, ingeniero agrónomo en la década de los cincuenta destacado en la colonia africana: «África es una escuela para el carácter, pero también un cementerio para las ilusiones». Esta sentencia proyecta su sombra sobre toda la obra de Van Reybrouck, desde los inicios de su recopilación en la década de 1870 hasta la actualidad. En sus páginas se asoman muchos villanos, comenzando por el rey Leopoldo, Désiré Cabila o Mobutu; escritores como el propio Conrad y exploradores como Morton Stanley o Savorgnan de Brazza. También líderes de la independencia con sus claroscuros como Lumumba. Pero lo que distingue a “Congo” de otras obras es la gran cantidad de documentación sobre el terreno destiladas de conversaciones con, por ejemplo, el director del zoo de Kinshasa o con los jóvenes emprendedores que buscan oportunidades de negocio en el mercado chino. Los congoleños de a pie son los grandes protagonistas de un libro erudito y luminoso que devuelve actualidad a un vasto territorio tan fascinante como olvidado